“Lo nuestro fue una excusa física para que la gente hable de educación, fue un granito de arena para que se valore al alumno que estudia, al alumno de la universidad que tiene el más alto promedio. Ellos no son noticia, pero en ellos los argentinos depositamos nuestro futuro”, confesó Juanjo Vargas tras bajarse de su bicicleta, emocionado hasta las lágrimas pese al cansancio. Vargas y cuatro amigos pedalearon 730 km para rendirle un homenaje a Sarmiento en lo que llamaron “Cruce por la Educación Argentina”, en el que unieron Córdoba y San Juan. Ayer y luego de 6 días, los ciclistas llegaron a la Casa de Sarmiento y como parte de su iniciativa depositaron nada menos que 900 cartas, recogidas a lo largo de la travesía.
El “Cruce por la Educación Argentina” nació tras una sobremesa entre Juanjo (hijo del periodista Rony Vargas), los hermanos Manuel y Santiago Fernández, Federico Giacomino y Rodolfo Decicco, quienes al hablar de la inseguridad, concluyeron que todo era un problema de educación. “Y en vez de irnos en palabras y no hacer nada, armamos el cruce, para aportar nuestra pequeña acción”, dijo Giacomino.
Salieron de Córdoba el 5 de septiembre y pese a que fue un viaje tranquilo, los ciclistas tuvieron sus anécdotas. Por ejemplo, la primera noche, en la altura de El Cóndor (Córdoba), a 2.200 msnm, durmieron soportando 8 grados bajo cero. En el tercer día llegaron a San Francisco del Monte, en San Luis, a la primera escuela que fundó Sarmiento. Y los recibió todo el pueblo, hasta con la banda de música de la Policía, donde recolectaron cientos de cartitas y dibujos para traerle al prócer. Allí, por primera vez, pudieron bañarse y dormir en una cama. “Otra cosa loca nos pasó en El Encón. Nos levantamos a las 5 para ver el partido de Los Pumas y lo hicimos en el puesto policial. Pero en general, lo que más no llamó la atención fue el cariño de la gente, que hasta se bajaba de los autos y nos felicitaba”, contó Rodolfo.
Ayer en la mañana partieron desde la Difunta Correa y allí se acoplaron unos 80 ciclistas locales, desde campeones argentinos hasta corredores ciegos y niños. Entonces, el solitario grupo de 5 hombres se transformó en una larga caravana, con escolta policial y decenas de vehículos. Pararon en Caucete y Santa Lucía, antes de emprender el esperado tramo final.
Fue sobre las 17 que los hombres llegaron a la Casa de Sarmiento. Entonces, tras arrojar las bicis al suelo, los cinco se dieron un emotivo abrazo, lleno de lágrimas. No fue el final de un esfuerzo de 6 días, fue el momento, como contaron, en el que alcanzaron su sueño.

