Fue un día de festejo y la gente llegó en lo que pudo. La mayoría partió bien temprano de la parroquia Nuestra Señora de los Desamparados y de Santa Bárbara, en una numerosa caravana de vehículos. Pero también estuvieron los jinetes que llegaron a caballo y quienes decidieron cargar la familia, los mesones y el asado en la carretela. No faltaron los que, por promesa o devoción, caminaron más de 7 kilómetros por la huella que lleva a la capilla que está en la Finca El Salado, en Albardón. Toda esta movilización fue para celebrar el primer año de la canonización del Cura Brochero. La fiesta se hizo donde en la provincia comenzó la devoción por el cura gaucho: en el desierto albardonero. Por primera vez, monseñor Jorge Lozano, participó de una celebración de éstas y hasta confesó a la gente a la sombra de los árboles.
La concentración de los fieles que se dispusieron a celebrar el primer año de Brochero como santo, se hizo a partir de las 9 en las dos parroquias albardoneras. Así partieron las columnas de vehículos desde la plaza principal y desde calle La Laja. Autos, combis y camionetas recorrieron las calles de departamento a los bocinazos y con la gente cantando adentro de los vehículos.
Pero más temprano, los jinetes que pertenecen a la agrupación gaucha Cura Brochero y otros tantos independientes, comenzaron la cabalgata para llegar a El Salado al mediodía que fue cuando se celebró la misa. Así, por la estrecha huella que conduce a la capillita de adobe y caña emplazada desde hace algunos años en medio del desierto, caballos y autos se entremezclaron. No faltó la gente que hizo promesa y realizó el trayecto caminando. Cerca de las 11 comenzaron a llegar colectivos y combis cargados de gente desde las distintas comunidades religiosas que se dispusieron a participar del festejo.
Los sacerdotes llegaron con los fieles y luego de que los niños colocaran la imagen de Brochero en la capillita, empezaron a confesar a la gente, justo antes de la misa. Cerca del mediodía, y como es tradición para las fechas importantes del santo, se realizó una procesión entre los algarrobos que fue encabezada por los gauchos. El resto de los fieles caminó detrás con banderitas, a los rezos y a los aplausos.
Claves
Música y baile
Antes de la misa, hubo muchos cánticos cuyas letras estaban relacionadas al Cura Brochero. A esto se sumó que bailarinas de una academia realizaron una coreografía debajo del algarrobo gigante, donde se armó el altar. Fue una fiesta para todos los fieles.
Buen clima
El buen clima acompañó desde un principio. Las brisas de viento Sur hicieron que la estadía en la Finca El Salado fuese más llevadera. Incluso, fue usual ver gente que tenía abrigo por el viento fresco. Hacia el mediodía el Sol comenzó a calentar y la temperatura superó los 20ºC.
Un clásico
Como es tradición en la misa que se realiza en este paraje los cuartos domingos de cada mes, los fieles fueron con asados. Es que, además de participar de la celebración religiosa, el encuentro sirvió para pasar un día en familia. Es por eso que abundaron las parrillas.
Inconvenientes en la huella
La huella que conduce al Cura Brochero es tan estrecha que hubo estancamiento de vehículos cuando uno de ellos se rompió. A esto se sumó que, como la tierra estaba muy blanda, un par de colectivos que transportaban fieles, se enterraron y tuvieron que ser auxiliados.