En todos los clubes del interior de la provincia existen casos en que la mayoría de sus jugadores trabajan durante el día y por la noche deben hacer un gran esfuerzo para entrenar y ponerse a punto de cara al partido del fin de semana. Y el Club Atlético Villa Etelvina no es la excepción. Cuatro de sus jugadores se sacrifican al máximo para poder ganarse la vida y luego, cuando el cuerpo empieza a pesar por el lógico cansancio, sacan a relucir el orgullo que sienten por los colores y se ponen los cortos para ponerse a disposición del cuerpo técnico. Ellos son Enzo Trigo (estuvo ternado en Fútbol Departamental en la última edición de la elección del Deportista del Año de DIARIO DE CUYO) tiene 24 años, es defensor y trabaja en una metalúrgica, Sergio Vega (29) juega de delantero y se desempeña en la construcción, Mauricio Ozán (30) también es atacante y cumple funciones laborales en el comercio, y por último José Ozán (26), es volante y a su vez se gana la vida en la cosecha. Estos son sólo algunos ejemplos de jugadores que trabajan todo el día y luego dejan todo en los entrenamientos, demostrando lo difícil que es ser jugador de un equipo humilde pero con un gran corazón y actitud para proponerse grandes objetivos deportivos.