Anoche Ricky Martin no sólo hizo delirar a jóvenes y adolescentes. Niñas de 5 años en adelante y abuelas mayores de 60 corearon todas las canciones del boricua, agitando sus brazos en altos. Hasta hubo bebés que saltaron al ritmo de ’La mordidita’ sobre sus changuitos o en los brazos de sus padres. Y este delirio general se hizo sentir desde antes que el artista subiera al escenario y continuó aún después de que cantó su última canción.
Desde las 19, mujeres de todas las edades comenzaron a invadir como hormigas el Estadio Abierto del Parque de Mayo. La mayoría de las más grandes se ubicaron en la zona de sillas numeradas para estar cómodas en tanto que las más chicas coparon el campo y la tribuna. Ni bien aparecieron los locutores de la Fiesta comenzaron a corear el nombre de Ricky, pese que aún faltaban dos horas para su recital. Aunque tuvieron la posibilidad de cantar previamente algunas estrofas de sus canciones favoritas. Fue gracias al humorista sanjuanino, Orlando Balmaceda que personificando al Papa leyó una carta que le escribió un enamorado al que lo dejó la novia. Estaba escrita con parte de los estribillos de las canciones del boricua.
Pero el delirio estalló cuando Ricky apareció en el escenario. Tanto las niñas como las abuelas gritaron a más no poder y encendieron sus celulares iluminando de manera especial el predio.
Cada gesto, movimiento o palabra del artistas arrancó la ovación de las mujeres que no dejaron en ningún momento de saltar o agitar los brazos al ritmo de sus canciones.
’Quiero que esta noche sean felices’ dijo el cantante al público, arrancado el grito estremecedor de las fanáticas.
Tras una hora y media de recital Ricky se despidió, pero las chicas siguieron coreando su nombre aún cuando salió de escena.

