Entre el mar de personas que visitan a diario el Centro Cívico están las que van a Rentas, repartición que, como si fuera el ojo del tornado, en estos últimos días había sido el epicentro de una revolución. Caras cansadas y con evidente malhumor formaban una fila que por momentos se hacía interminable. Si bien avanzaban rápido (dependiendo del trámite), después les aguardaba otro tiempo muerto en las sillas del lugar para esperar el anuncio de su número. Y eso era sólo el principio. Luego llegaban más colas, más idas y vueltas por las instalaciones y más horas de espera. Ese fue el resultado del nuevo sistema que aplicó Rentas para sustituir estampillas por volantes impresos a pagar en cajeros del Banco San Juan y que, como generó malestar y quejas entre los usuarios, ahora tendrán que dejar de aplicar, dijeron desde esa Dirección.
El descontento es porque, a la ya obligada mañana de espera que la gente debía pasar en la Dirección de Registro Civil u otras dependencias del Estado para tramitar documentación (que implica la compra de Unidades Tributarias para su legalización), se sumaba otra larga estadía en la planta baja del Centro Cívico y la posterior fila en los cajeros del Banco San Juan.
El motivo, dijeron desde Rentas, era que se había implementado un nuevo sistema para suprimir la venta de estampillas de Unidades Tributarias (UT). Esa nueva modalidad informatizada llamada Tasa Retributiva de Servicios (TRS) incluía la impresión de un volante (que sólo se hacía en el Centro Cívico). En él se inscribía la cantidad de UT solicitadas y el importe a pagar. Ese impreso luego obligaba a hacer otra cola en alguna de las sucursales bancarias para el abono definitivo y era ese ticket final el que se adjuntaba a los papeles del trámite.
Para cumplir con todos esos pasos, coincidieron los usuarios, se debía invertir demasiado tiempo para ir de un lado a otro. Además, en el Cívico se juntaban con el resto de la gente que iba por otros trámites, lo que implicaba una demora aún mayor. "Imaginate, yo trabajo y no puedo pedir permiso para hacer mis trámites, así que me descuentan la mañana", decía Norma, mientras hacía su última fila de la mañana en el cajero del Centro Cívico para abonar las unidades tributarias que le pidieron. Empezó antes de las 8 y pasadas las 13 horas todavía estaba dando vueltas para legalizar una partida de nacimiento.
Ya impacientes, la queja frecuente de los que estaban en el lugar fue la pérdida de tiempo y el pedido sostenido de que haya una simplificación en los trámites. "Yo pedí dos copias y me dieron una, así que tengo que hacer todo de nuevo. Encima ni siquiera hay carteles ni te dicen dónde tenés que ir después", decía con bronca una señora.
Luego de unos pocos días de aplicado el sistema, y ante la gran cantidad de quejas recibidas, Rentas tuvo que dar marcha atrás. Por eso su director, Adrián Villegas, declaró ante los medios de comunicación que iba a quedar sin efecto y que iban a vender nuevamente las estampillas en el Registro Civil. Villegas explicó que el cambio de sistema se debía exclusivamente a una cuestión de seguridad, ya que el cajero que transportaba el dinero recaudado por la venta de estampillas fue asaltado en una oportunidad. Y agregó que lo mismo se va a poder seguir con el sistema de volantes vía Internet y que van a llevar estampillas a los departamentos alejados para que la gente no tuviera que viajar al centro para hacer su documentación.

