Ayer, Carlos Flores comenzó a registrar los autos como lo hace todos los días, pero nunca imaginó que la mañana daría un giro abrupto interrumpiendo su rutina laboral. Fue en el momento en que el muchacho, que es asistente del sistema de estacionamiento ECO (de la Municipalidad de la Capital), encontró una cartera de mujer en una cuneta. La sorpresa fue mayor cuando descubrió que adentro había dinero de un sueldo completo y tarjetas del cajero automático, incluso con las claves de acceso anotadas en un papel, además de toda clase de documentación personal. Inmediatamente el empleado se comunicó con sus superiores y empezaron a buscar a la propietaria, que resultó ser Anita Paredes, una supervisora del Ministerio de Educación. Desde la comuna ya están organizando todo para darle una distinción a Carlos por su gesto de honestidad.

Todo parecía transcurrir con normalidad a media mañana de ayer en la cuadra de calle Jujuy, entre Ignacio de la Roza y Mitre. Este es el tramo que controla Carlos, un muchacho de 21 años que trabaja en el municipio dentro del sistema de estacionamiento controlado que funciona en el centro. Fue cuando descubrió que adentro de la cuneta había una cartera. De inmediato supuso que la propietaria podía ser la mujer que unas horas antes había estacionado su auto en uno de los boxes que hay en la cuadra.

Fue cuando Carlos, lejos de tentarse con la plata, llamó a su jefe de inmediato y le explicó la situación. Desde la oficina donde opera el ECO le dieron la orden de dejar su puesto de trabajo y dirigirse a la Municipalidad con la cartera que acababa de encontrar. Desde allí comenzaron la búsqueda de la propietaria. El rastrillaje duró alrededor de una hora y media hasta que pudieron localizar a la inspectora.

"Llamamos a los bancos, al Ministerio de Educación y hasta a las radios para avisar que teníamos la cartera. Lo que más me preocupaba era que adentro estaba el sueldo de la señora -lo supo porque con la plata estaba el recibo, y luego la propia mujer se lo confirmó- y las tarjetas del cajero con la clave para ingresar", dijo Carlos. Cerca del mediodía la mujer fue hasta el municipio, donde recuperó la cartera con todo su contenido intacto. "Estaba muy angustiada y me alegra que haya sido yo el que la encontró, y no alguien que no se la hubiese devuelto", dijo ayer el muchacho.

A Carlos no le sobra nada. Y ni siquiera dudó en devolver la cartera. El muchacho vive en Chimbas junto a su padre y a su hermana, y tiene que trabajar para poder solventarse los estudios. Está cursando el segundo año del Polimodal en una escuela nocturna. "Cuando era adolescente abandoné la escuela porque tuve que salir a trabajar. Estoy en el ECO hace dos meses y me cambió la vida porque el horario de trabajo me permitió continuar con la escuela", dijo Carlos, que además hace trabajos de jardinería y pintura en el tiempo que le queda libre.