En la improvisación no hay guión. Y aunque esta forma de teatro surge como un ejercicio de formación para los actores, en la actualidad es considerada como un producto terminado, en el que los actores y el público -que participa dando sugerencias sobre situaciones, personajes en los que se desenvuelve la acción- van "descubriendo’ la trama de la historia que cobra vida en el escenario.

Requiere que el improvisador ejerza simultáneamente y con sus compañeros de escena, las labores de actuación, dramaturgia y dirección. La intuición del actor le permite actuar en las situaciones inesperadas y solucionar los imprevistos en la escena.