Agca contribuyó durante estos años al despiste afirmando en ocasiones que contó con ayuda desde el interior del Vaticano y otras implicando a los países de la Europa comunista. El juez italiano Rosario Priore, que durante años siguió el atentado, asegura que Agca fue el último eslabón de un complot internacional y que por ello no conoce toda la trama. Agca anunció que había abrazado el cristianismo (era musulmán) y que pretende nacionalizarse polaco, en honor de Juan Pablo II.
