Los restos del cabo primero Gustavo Gómez, el único argentino muerto durante el terremoto en Haití, fueron despedidos ayer durante una ceremonia en el aeroparque metropolitano en la que el ministro de Justicia Julio Alak destacó que “es uno de los héroes que prestigian y llenan de sentido el uniforme de Gendarmería Nacional”. La ceremonia se realizó en el sector militar del aeroparque, poco después de las 11, cuando aterrizó el avión Hércules TC 70 de la Fuerza Aérea que repatrió el cuerpo desde Haití. El gendarme fue recibido por una guardia de honor de la Fuerza Aérea, que trasladó el féretro al centro del sector militar, mientras la orquesta acompañaba el paso interpretando el Ave María. “El cabo primero Gustavo Gómez tenía un sueño y había decidido construir su destino. Había elegido ser un patriota del mundo, costase lo que le costase, porque es nada menos que la vida lo que ponen en juego los miles de héroes anónimos que, como él prestigian y cargan de sentido el uniforme de la Gendarmería Nacional”, dijo Alak. El ministro recordó que el gendarme había pedido en dos oportunidades ser partícipe de las misiones de paz en Haití, por lo que llamó a “tomar nota del mensaje de fe que nos deja”.
