Se trata de hacer una fiesta porque está por comenzar el último período lectivo de sus vidas como alumnos secundarios. Por eso la llaman “Ultimo Primer Día” y para economizar, ya lo bautizaron como una sigla: UPD.
Es una incipiente tendencia entre adolescentes que tiene un efecto secundario más que negativo, porque algunos, unos pocos actualmente, pierden el control durante la celebración y así es que se registraron casos de alumnos a los que los directivos del establecimiento lo retuvieron por estar ebrios y llamar a sus padres para retirarlos.
Es un tema espinoso. Se deduce porque la mayoría de las fuentes consultadas pidió permanecer en el anonimato. Pero no se trata de los propios adolescentes o de sus padres. Sino de los directivos de los establecimientos educativos.
Aunque también puede significar una mala publicidad para la institución, un argumento que esgrimen es el temor a que se convierta en una noticia sensacionalista, porque el tema ocupó la agenda de los medios esta semana y se termine deformando su dimensión.
El ritual es relativamente nuevo. No hay antecedentes en escuelas sanjuaninas que tengan más de dos años de antigüedad.
No hacen esa fiesta todos los cursos del último año. No asisten todos los chicos del curso a las fiestas que sí se hacen. La mayoría de los que van, al otro día asisten en buenas condiciones al primer día de clases. Pero lo que preocupa en algunos sectores es que el UPD ya se instaló, que va creciendo y que se transforme en una bola de nieve.
Alejandro Romero estuvo a cargo de la Dirección de Educación Secundaria, del Ministerio de Educación, hasta la semana pasada y afirma que “esa gran tontera lamentablemente está siendo tomada como moda por los niños. Y es más lamentable que muchos padres lo saben y también lo autorizan”.
Una fuente que ocupa un alto puesto en el escalafón docente aseguró que en la provincia ocurrió tanto en escuelas de gestión privada como estatales en el inicio de este periodo lectivo. “En algunos lugares se controló y en otros debieron llamar a los padres para que retiren a sus hijos”. Agregó que “esto en realidad no es un problema de la escuela, es de la casa”.
Los institutos preuniversitarios todavía no comienzan el ciclo lectivo. El director de la Escuela Industrial “Domingo Faustino Sarmiento”, Jorge Gutiérrez, afirmó que no se registraron casos en años anteriores en el establecimiento, pero que el tema ocupa lugar en su agenda. “Estamos alertas en ese sentido y viendo que cosas sucedieron en el país y en otras escuelas de la provincia. Si detectamos que un chico llega ebrio, se lo retendrá y se llamará al padre para que vaya a retirarlo”, indicó el director. Gutiérrez agregó que el UPD puede ingresar en el nuevo Código de Convivencia para este año, por lo que pueden aplicarse otras medidas: “Uno debe prevenir y es probable que quede algo al respecto”.
Además, Silvia Migani, directora del colegio bilingüe Saint Paul, analizó: “Los chicos de sexto año tienen una fuerte necesidad de protagonismo y para la escuela es maravilloso que organicen cosas, pero lo importante es llegar a acuerdos previos”.
En síntesis, el UPD es una “moda” entre los estudiantes que llama la atención entre los directivos de San Juan, quienes piden que no se generalice, y al mismo tiempo que sea tomado con conciencia en los hogares de los propios alumnos.
ALEJANDRO ROMERO – Ex director área secundaria
“No hay que permitirlo”
Trae un inconveniente grave despachar al alumno de la escuela, porque hay que frenarlo, hacerle ver que no es una actitud que tenga ningún valor acudir a la escuela en esas condiciones. Y está esa tontera que “es adolescente, hay que dejarlo”. Pero no, en una escuela no hay que dejarlo.
“Los padres conocen esta situación, lamentablemente es así. Y si ellos creen que es una justificación porque son adolescentes, porque es el último año, bueno, pero que no vayan a la escuela. Que lo hagan en sus casas, pero que no relacionen a este tema con la escuela, porque es un lugar de educación.
El error es que se cree que solamente vamos a la escuela a sociabilizarnos. Muchas escuelas intentan ver de qué manera concientizar. No quiero generalizar ni criticar a los padres. Pero el adulto es el que debe guiar a los adolescentes. Las crisis de un adolescente es porque no puso un límite un adulto.
“Una solución que ya implementaron algunos establecimientos en un caso similar es en el día del estreno de las camperas, donde supieron acompañar a estas realidades y los chicos aceptan la normativa. Así, pueden festejar estar en el último año dentro de lo normal”.