Las redes sociales demostraron su gran importancia informativa al adelantar y multiplicar de forma exponencial en todo el mundo el anuncio de la muerte de Osama Bin Laden. Twitter fue el primero en desvelar, de forma inadvertida, y en tiempo real, una de las operaciones militares más secretas de los últimos años. Sohaib Athar, un asesor informático paquistaní que reside en Abbottabad, la localidad en la que se encontraba escondido Bin Laden, se convirtió en el pregonero de la operación militar cuando empezó a mandar twitts de queja por el ruido de los helicópteros que participaban en la operación. El relato de Athar empezó con: “Hay un helicóptero que se queda suspendido en el aire sobre Abbottabad a la una de la madrugada, algo insólito”. “¡Vete, helicóptero, antes de que saque mi matamoscas gigante!”, añadió. Athar continuó describiendo lo que pasaba aunque no fue hasta siete horas después del inicio de la operación que el experto informático supo qué era lo que realmente había presenciado. A su vez, las redes sociales se convirtieron en escenario de infinitas ocurrencias sobre la muerte de Bin Laden. La página de Facebook “Osama Bin Laden is DEAD” (Osama Bin Laden está muerto), creada al compás de los primeros rumores del fallecimiento, logró congregar en doce horas a más de 250.000 seguidores, una cifra que continúa creciendo cada minuto. Además, tras confirmarse la muerte, el unánime grito de “USA, USA, USA”, ha dado paso a un sinfín de lemas, fotomontajes y caricaturas que canalizan la euforia que ha generado entre los estadounidenses, sobre todo entre los más jóvenes, la muerte del terrorista más buscado. Por 16 dólares (unos 11 euros) quien lo desee puede adquirir una camiseta que reza “I killed Osama” (yo maté a Osama), en venta a través de Internet. En los fotomontajes el terrorista comparte protagonismo con el presidente de EEUU, Barack Obama, quien en muchos de ellos aparece erigido en héroe nacional.
