Europa vuelve a situarse como epicentro mundial de la pandemia de coronavirus y tres sanjuaninos radicados en países de ese continente compartieron sus miradas del presente que les toca vivir. La ‘segunda ola’ marca nuevos records, como por ejemplo el del pasado viernes  en Polonia, donde se registraron 548 muertes relacionadas a esta enfermedad en un día. Aunque los tres consultados coincidieron que en la sociedad donde se encuentran hay una resistencia mayor a las medidas de restricción ya implementadas y a la posibilidad de regresar a etapas de confinamiento completo.

En Italia, analizan las autoridades sanitarias que todo el país entre en zona roja, ante el nuevo avance (de 2.500 nuevos casos el 1 de octubre a los  y 40.000 el pasado viernes). Por ahora se declaran en regiones puntuales y estaba previsto que hoy domingo comenzara en la comuna de  Montespertoli, Firenze, donde vive la sanjuanina Sandra Messinese (53). “En estos días si bien ya había un toque de queda a las 10 de la noche, la gente en general está tan asustada que nadie sale a partir de las 8,30 de la tarde. Solamente se puede salir a trabajar, con los permisos correspondientes. Los chicos estudian online, salvo los de primer a quinto grado en la primaria y algunas universidades, donde dictan las clases presenciales”, describió Sandra, que respecto al sistema sanitario en el país, agregó: “Está saturado en algunas regiones, pero no sucede eso con las terapias intensivas. Todos hemos aprendido algo desde marzo y el sistema de salud está más preparado. En algunos lugares del norte del país arman hospitales de campaña en lugares abiertos”.

La sanjuanina que se radicó hace 21 años en Italia tiene un negocio familiar. “Hacemos piza para llevar y sufrimos una falta de trabajo terrible. En lo económico todo es efecto cadena. Por ejemplo, habiendo cerrado restaurantes, bares y discotecas, los grandes distribuidores no venden; la gente no sale a comer y por eso no compran ropa, zapatos. Todos los negocios están tambaleando. Los comerciantes no sabemos cuantas horas abrir”. Afirmó también que el gobierno “otorga un subsidio a quienes no pueden abrir su negocio (por las medidas) cuando no le permiten abrir a un negocio, pero no llegó a todo el mundo y eso provocó dificultades. Muchas pequeñas empresas están cerrando y echan a la gente. Hasta enero el gobierno va a bancar a estos empleados, después, no”.

En familia. Sandra Messinese tiene una pizería en Italia. 

Radicado hace 8 años en Francia, el rugbier profesional Pablo Salandría Ruiz (30) vive actualmente en la zona de mayor ciruculación viral del país que más contagiados sufre en esta segunda ola, al punto que debe enviar enfermos en avión a Alemania para que allá reciban tratamiento. “El pico absoluto en el país fue el 7 de noviembre, con 86.000 casos en ese día. Pusieron en marcha un toque de queda de 21 a 6 y luego directamente el confinamiento, aunque con más libertades que en marzo. La ocupación hospitalaria está en el 94% en este momento”, describió.

Para esta temporada del rugby francés (que se suspendió hasta enero), Pablo se radicó con su pareja en Chambery, Savoie, en la zona de los Alpes, muy cerca a Suiza. Entre las 55 personas que componen plantel, cuerpo técnico y cuerpo médico, 25 se contagiaron. “No se si es la carne argentina o qué, pero hasta el momento me hicieron 5 PCR y en todos di negativo”, afirmó el sanjuanino con una humorada.

Agregó que las actividades que fueron suspendidas para contrarrestar la circulación viral, el gobierno nacional abona el 84% de los sueldos. “Hay un debate importante en este momento porque los pequeños comerciantes reclaman volver a abrir. Las grandes cadenas de supermercados sólo pueden vender los artículos considerados esenciales. Y los restaurantes solo pueden vender comida para llevar. En la primer cuarentena el gobierno prometió ayudas en muchos aspectos  y comerciantes reclaman hoy que no recibieron reembolso alquileres. Por otro lado, se está instalando un nuevo sistema, que se llama ‘click and collect’. Ordenas un artículo por internet y lo pasas a retirar por el negocio”.

El rugbier aseguró también que el cuidado debe seguir siendo extremo porque tampoco se conocen todas las secuelas de la enfermedad. Y dio como ejemplo a un colega que pasó por la enfermedad, se recuperó, pero ahora deberá estar al menos seis meses sin poder entrenar. “El corazón no le funciona con normalidad, no puede subir las pulsaciones. Creemos que no nos pasa nada pero no sabemos las secuelas”, indicó.

Parado. El rugby no volverá antes de enero en Francia y Pablo Salandría Ruiz entrena con un personal trainer por el momento.

Finalmente, Cristian Azeglio (43) reconoció sentirse “descuadrado” este año, en el que el inicio de la pandemia lo encontró en su San Juan natal visitando familiares. Hoy, como toda la actividad turística está paralizada en Canarias, donde trabaja, está en Alemania, donde residen su esposa y su hijo desde el año pasado. “Por la educación de mi hijo ellos viven acá desde al año pasado. Yo iba y venía pero como ahora está todo parado, desde hace unos meses estoy acá. Por un lado, lo positivo es que estoy con mi hijo más tiempo. Pero la incertidumbre del trabajo es grande. No se sabe cuando regresará la actividad o si me conviene empezar acá, pero el turismo no es un punto fuerte en esta zona”, indicó el sanjuanino que reside en las afueras Dusseldorf.

Azeglio señaló que en Alemania no hay problemas con el sistema sanitario y que por la idiosincrasia de su gente, no les costó adaptarse a las medidas de aislamiento y distanciamiento. “Pero a esta segunda ola, ha crecido lo mismo el debate porque algunso ocnsideran que hay medidas contradictorias. Por ejemplo están cerrados bares y restaurantes pero están montando los mercadillos de fin de año, donde todos saben que habrá amontonamiento de personas”.

En espera. Cristian Azeglio disfruta pasar mas tiempo con su hijo auqnue no tiene certezas de su futuro laboral.

Azeglio destacó el debate que se generó en torno al cubrebocas. “Indicaron el uso obligatrio de cubrebocas a los niños que van a la escuela y hay padres que no les parececorrecto. También  están los que dicen que el uso continuo del tapabocas expone a otras enfemredades por los microbios que se van acumulando. Eso sí, hay una protesta en contra del uso del tapabocas, los manifetsantes terminan y se ponen el tapabocas porque es obligatorio usarlo en este momento”.