– ¿Se acuerda de un caso de presión del sector político?

– Por ejemplo: se presentó un proyecto permitiendo que los funcionarios del Poder Judicial, secretarios y prosecretarios, se afilien a partidos políticos. Yo me opuse, no me parece sano porque significa un compromiso. Lo presentó el diputado Kunkel y como no estábamos de acuerdo, nos acusó de proteger normas de la dictadura. Fueron presiones morales, psicológicas. Me sentí tocado hasta en lo familiar, porque mi padre fue echado en 1955 por ser juez en la época del peronismo. Eso me llevó a reaccionar y tuve una fuerte y acalorada discusión con el diputado.

– En definitiva, en esa puja apareció de nuevo Miguel Gálvez político…

– Bueno, ha sido como una forma de volver a la política. Pero yo el día que juré como juez, juré defender la división de los Poderes y lo voy a cumplir.

– ¿Con su voto paró algún pedido de destitución injustificado?

– Si, muchas veces. Casos que entendíamos que eran una injusticia los hemos parado. Como otros casos que querían parar, con nuestro voto contribuimos a que se lo acusara. Me acuerdo del caso de Fallonato Marquez. En el caso de Oyarbide no pudimos.