Se levantan temprano y abren las ventanas, saben que ni bien sale el Sol deben cerrarlas. Ruegan que no haya viento con dirección hacia sus casas y les dan recomendaciones a los niños cuando salen a la vereda. Es que, por sus cunetas corren aguas servidas, que a veces copan los jardines y las calles. E incluso, hay algunos de ellos que viven al lado de pozos completamente abiertos. Esa es la situación que sufren los vecinos de los barrios Mercedario (de Chimbas), Rivadavia Sur (de Rivadavia) y un sector del Hualilán II (de Rawson). En los 2 primeros, esperan las cloacas, en el último están haciendo reparaciones.
Una vecina del monoblock 1 del barrio Mercedario, que prefirió no dar su nombre, tiene grabada la noche lluviosa del 6 de septiembre de 2012. “Esa noche se cayó el pozo que está al lado del edificio y aún está abierto. La Municipalidad lo cerró perimetralmente con alambre y desde se momento buscamos una solución”, aseguró. Y agregó que “desde el municipio viene el camión atmosférico, pero el agua sube rápidamente. Ahora vamos a reunirnos con gente de la Municipalidad para ver si ellos pueden ayudarnos con la mano de obra y nosotros compramos los materiales para hacer un pozo nuevo”. Por su parte, Agda Marinero, quien vive en otro monoblock dijo que “el agua fluye de la tierra que recubre nuestro pozo. Por eso, hicimos una canaleta que lleva los líquidos hasta la cuneta, así por los menos no se desparraman”.
Mientras, los vecinos del barrio Rivadavia Sur, de Rivadavia, van haciendo cada vez más profundas las cunetas de enfrente de sus casas, para que las aguas servidas no se rebasen. “El agua sale de los departamentos de la esquina y baja. Es insoportable el olor y es peor en verano, cuando además todo se llena de mosquitos. Esto es un foco de infección”, aseguró Ester Ramos, cuya casa está por calle Las Heras. A su vez, Ricardo Vallejo, quien vive en los departamentos que tienen el pozo colapsado contó que “los vecinos de enfrente ya nos denunciaron, pero no podemos hacer nada. Aquí hay 4 departamentos, el pozo ya no sirve y no hay espacio para construir uno nuevo. El camión de la Municipalidad lo desagota 3 veces al mes, pero el agua sube rápido”.
Por su parte, quienes viven en el barrio Hualilán de Rawson, aún esperan que las obras en sus pozos finalicen. Según contó Ana Vera, una vecina, uno de los pozos que estaba colapsado ya está arreglado y otro está en obras, aunque hay un tercero que aún hace correr agua por el medio de un sector del barrio.

