Recién llegada. En medio de la emoción familiar, la chica llegó ayer por la tarde a Pocito. Fue trasladada en el avión sanitario de la provincia desde Buenos Aires. A su casa la llevaron en ambulancia.

Acababa de encontrar trabajo como empleada doméstica y volvía feliz a su casa, en bicicleta. Pero Romina Rodríguez, con dos hijos, nunca imaginó que ese 23 de diciembre de 2014, su vida iba a cambiar por completo. Una camioneta la atropelló y quedó al borde de la muerte, con golpes en la cabeza que la dejaron en coma varios meses y múltiples quebraduras. Tras la lucha encabezada por su madre, Sandra Bustos, lograron trasladarla a Buenos Aires, donde realizó la rehabilitación en la clínica Fleni.

Ahora empezó a comer alimentos sólidos, mueve parte de su cuerpo y ya puede estar en una silla de ruedas. Acaba de volver a San Juan tras dos años y medio de terapia. Ni Romina ni su mamá se dan por vencidas ya que la lucha por mejorar continuará en la provincia.

El accidente ocurrió cuando la chica regresaba a su casa, por calle Lemos y Atencio, en Pocito. Quedó grave por el traumatismo encéfalocraneano, tuvo fractura de pelvis, tibia y peroné. Cuando todos celebraban las fiestas del 2014, a Sandra Bustos le tocó enfrentar la peor de sus luchas: conseguir que su hija se recuperara. Estaba al borde de la muerte y los médicos no le daban esperanzas. “Me dijeron que si sobrevivía tenía que llevarla a Buenos Aires para la rehabilitación”; contó la mamá. Entonces comenzó otra pelea y que fue lograr que la obra social la trasladara. A pesar de los amparos interpuestos por la mujer y de recurrir a otras estrategias judiciales, no logró nada.

Mientras su hija estaba postrada en una cama. “Lo único que me mantenía con esperanza era que tenía los ojos abiertos. Pero sufría mucho. El dolor de las quebraduras era insoportable. Esto, a pesar de no moverse ni de poder hablar. Yo sabía que ella podía salir adelante”, agregó Sandra. Fue entonces que decidieron recurrir al Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia que desde ese momento se hizo cargo de todos los gastos de su recuperación. La inversión que hizo el Gobierno local en la rehabilitación de Romina, entre el 2015 y el 2017 fue de más de 5 millones de pesos. Su madre se trasladó con ella a Buenos Aires y allí recibió atención en la clínica Fleni, el centro de salud más reconocido en el área de la rehabilitación neurológica.

Según contó la mujer, estos últimos años no fueron fáciles. Ella tuvo que dejar a sus otros hijos, a su madre que tiene problemas de salud y se fue con su hija para asistirla en la rehabilitación. “Durante un año y medio viví en el Fleni. Allí armamos una especie de comunidad con las familias de los otros pacientes. Pero fue difícil estar lejos de los seres queridos. Las angustias que pasamos fueron en soledad. Por eso creo que ahora la recuperación será más fácil por el apoyo familiar”, agregó.

Romina deberá seguir el tratamiento en San Juan y según contó la mamá, el Gobierno continuará asistiendola. Incluso pudieron adaptar la casa de Pocito para que la chica pueda estar más cómoda. 

Romina a penas puede mover el lado derecho, hace poco comenzó a ingerir alimentos sólidos, pero debe hacerlo con asistencia. También empezó a balbucear algunas palabras y según Sandra, está muy lúcida. Hoy, los hijos de Romina tienen 10 (Benjamín) y 5 años (Martina). Desde que su mamá tuvo el accidente tuvieron que vivir con sus papás y ayer esperaban ansiosos su regreso. Durante la rehabilitación los chicos sólo pudieron verla en época de vacaciones. Es por eso que a partir de su llegada, también les cambiará la vida.

Si bien todos saben que la recuperación no será fácil y habrá que poner mucho esfuerzo, lo que a la familia de Romina le sobra es la esperanza. Además dijeron que estar cerca de ella será el mejor motor para ver cómo sigue recuperándose. La chica fue trasladada desde Buenos Aires en el avión sanitario de la provincia.
 

“Nunca bajaré los brazos. Ni mi hija tampoco. Ahora comienza otra etapa en San Juan”.

Sandra Bustos – Mamá de Romina