Esperanza. Los padres de Lautaro Chirino dijeron que tienen la esperanza de ayudar a las familias que perdieron a un ser querido en un siniestro vial para que puedan superar su dolor.

 

El 13 de febrero se transformó en una fecha trascendental para Guillermo Chirino y su familia. Ese día se conmemoró el cuarto aniversario del fallecimiento de su hijo Lautaro, quien con 12 años perdió la vida en un accidente vial, en Rawson, su departamento natal. En lugar de recordar ese triste día con una nueva marcha para pedir justicia, optó por comenzar a trabajar en una acción solidaria que, además de ayudar al prójimo, servirá para mitigar un poco el dolor de la ausencia de Lautaro y mantener vivo su recuerdo: poner en marcha un centro de contención para asistir espiritual, legal y psicológicamente a las familias que también perdieron a un ser querido en estas condiciones. Y lo hizo. Se trata de ’Familias del dolor’, el primer grupo de ayuda de este estilo en la provincia y que comenzará a funcionar en la Parroquia de Fátima, a partir de la semana que viene.
’Perder a un ser querido así, tan de repente y trágicamente, es algo muy difícil de superar. Sobre todo cuando se trata de un hijo. Nosotros lo sabemos, por eso quisimos hacer algo para ayudar a las personas que atraviesan por esa situación tan dolorosa. Así nació la idea de formar este centro de contención que gracias a Dios pudimos concretar’, dijo Guillermo Chirino.

El hombre agregó que el ’empujoncito final’ lo dio José María Solar, el nuevo sacerdote que asumió funciones en la Parroquia de Fátima quien, además, conocía a Lautaro Chirino. Ofreció el templo como sede de este centro de contención. ’Luego de una misa, el padre me contó que había estado con un matrimonio que acababa de perder a su hijo en un accidente y que estaba muy mal. Vio la necesidad que tenían estos papás de hablar y compartir su dolor. Me dijo: ‘Guillermo, empecemos con el centro de contención‘. Logramos superar nuestras expectativas’, dijo el hombre.

Chirino agregó que en un principio se pensó en brindarles sólo contención espiritual a los familiares de víctimas fatales de siniestros viales. Pero se sumaron voluntarios que también les darán asistencia legal y psicológica. Dijo que la primera sensación, cuando se pierde un ser querido, especialmente un hijo, es la de querer ‘irse con él‘ sin pensar en los demás hijos. También, la de enojarse con Dios porque se busca a quién culpar por la tragedia. ’Es tanto el dolor que no se tiene cabeza para pensar en sepelio y en trámites. Y en esta vulnerabilidad aparecen abogados caranchos tratando de aprovecharse de la situación. Por eso queremos estar con las familias del dolor para ayudarlas con todo esto’, sostuvo.

Por el momento, este centro sólo funcionará en Rawson, aunque hay intenciones de que se extienda a otros departamentos. 

 

‘El dolor más fuerte tras perder un hijo llega cuando empezás a notar su ausencia’.

GUILLERMO CHIRINO – Fundador de Familias del Dolor

 

El siniestro que le quitó la vida a Lautaro

El 13 de febrero de 2015 Lautaro Chirino, de 12 años, falleció cuando el utilitario en el que viajaba con familiares fue impactado por un móvil de la Policía Comunal de Rawson. Juan Costa, chofer del móvil policial, y su acompañante, el agente Walter Gallastegui, dijeron que circulaban con sirenas encendidas en el momento del choque. La familia Chirino siempre lo negó.