Hace casi dos meses que Uriel, un chico de 8 años que padece una enfermedad coronaria, dejó de asistir a clases en el Colegio Medalla Milagrosa por miedo a un compañero que le pega. Hasta ahora no se llegó a resolver su situación, pese a la intervención del Gabinete Interdisciplinario de Educación, y su madre decidió recurrir a la Justicia. El caso ingresó al Juzgado de lo Contencioso y Administrativo, como un pedido de intervención, desde donde se solicitó una instancia de mediación obligatoria entre las partes intervinientes para tratar de llegar a una resolución. La audiencia será el próximo 13 de septiembre, según adelantó Adriana Tetamantti, a cargo de este juzgado. Cuando salió a la luz el caso de violencia escolar contra Uriel, Educación se comprometió a intervenir para solucionar la situación y que el nene volviera a clases. Pero tras posturas encontradas con la familia del alumno, el intento fracasó.
Según dijo Tetamantti, fue la madre de Uriel quien se presentó en el juzgado con el patrocinio de su abogada, Filomena Noriega. Pero aclaró que aún no se ha iniciado una instancia judicial propiamente dicha para la resolución de este caso. "La parte requirente solicitó una intervención judicial para tratar de llegar a una solución, pero sin propósito de litigar por el momento, sino de ir a una instancia previa de mediación para generar un espacio de encuentro y tratar de llegar a una solución positiva del conflicto. En esta instancia estarán presentes todas las partes involucradas, es decir los padres del alumno y las autoridades del Colegio Medalla Milagrosa y del Ministerio de Educación", dijo la jueza.
También agregó que el caso ya se remitió al Centro Judicial de Mediación donde se designará un mediador y se convocará a las partes intervinientes. Y que una vez que finalice esta instancia, desde el Centro se le comunicará el resultado de la misma. En caso de que el conflicto continúe sin resolución, la parte requirente podrá iniciar una instancia judicial si así lo desea.
La magistrada dijo que en la audiencia estará presente la neuróloga que atiende a Uriel, para explicar en detalle cuáles son los riesgos de la enfermedad que padece (síndrome cardíaco de Wolf) y los efectos negativos que genera la exposición a un hecho de violencia.
En julio pasado, este chico dejó de ir a clases por miedo a un compañero que le pega y para tratar de bajar el estrés que le provocó esta situación. Luego de que este caso salió a la luz, intervinieron las autoridades ministeriales y resolvieron poner en práctica un plan de acción para lograr la sana convivencia entre ambos alumnos, ya que los dos requerían atención especializada. Este plan incluía dos semanas de desarrollo con distintas actividades terapéuticas. Se cumplió este tiempo y no se llegó a lograr una solución y hubo versiones encontradas entre la familia del niño y el Ministerio de Educación. Filomena Noriega, la abogada que representa a Uriel, dijo que desde Educación "nunca" intervinieron en la resolución de esta situación, mientras que desde el Ministerio dijeron que fue la madre del chico quien no permitió que se interviniera.
Novedad
Adriana Tetamantti, al frente del Juzgado en lo Contencioso y Administrativo, dijo que es la primera vez que se requiere su intervención en un caso de violencia escolar. Dijo que hasta ahora, sólo recibió pedidos de amparo de padres por el tema del servicio de un DAI (docente auxiliar integrador).