El problema no es nuevo, pero ahora parece desbandado. El transporte de pasajeros trucho versus el legal tomó un nuevo giro, en el que la impunidad y el desorden se hicieron tan comunes que ya no sorprenden. Los miembros de la Unión Propietarios de Autos de Alquiler (UPADA) denunciaron que en el último año y medio, los truchos pasaron de 500 a 1.000, casi la misma cantidad que los habilitados con licencia, dato ratificado por los propios choferes de remises y taxis truchos. A su vez, desde la Dirección de Tránsito y Transporte (DTT) afirman que radian 2 remises truchos por día, es decir, unos 50 al mes. Y es que los propios choferes de taxis o remises truchos afirman que es fácil evadir controles, mientras que los taxistas legales dicen ser el blanco de los inspectores. A su vez, el alquiler de licencias es una práctica común en las remiseras pese a que es ilegal, como también el truchaje de logos identificatorios o el colectiveo. Pero, pese a todo, nadie se anima a tomar el toro por las astas.
Hasta principios del año pasado, cuando se anunció un reempadronamiento de licencias para controlar el sistema, los choferes reconocían que había unos 500 autos de alquiler ilegales. Pero en este lapso, no sólo el sistema no se blanqueó, sino que hoy la UPADA denuncia que hay más de 1.000 coches truchos circulando por las calles sanjuaninas. Es decir, casi la misma cantidad de legales. Según Francisco Alenda, director de Tránsito y Transporte, en San Juan "existen unas 1.300 licencias, unas 900 de taxis y unas 400 de remises", dijo, sin desmentir o ratificar la cifra de truchos ya que aseguró que no llevan esas estadísticas.
Según la ley de Transporte de la provincia, en San Juan debe haber 1 licencia de taxi por cada 600 habitantes y 1 de remís cada 1.300, por lo que si hay más autos en la calle, el negocio no cierra. "El problema es que nosotros pagamos $300 por la habilitación anual, $15 por mes por la desinfección, $230 por la inspección mecánica, $200 por mes del seguro, además del monotributo. Y de ahí, hay que sacar para el mantenimiento del auto y lo que queda, para vivir. Entonces, uno ve que los truchos andan como si nada, sin controles y sin pagarle al Estado", dijo uno de los choferes de UPADA.
El tema de los controles está en la picota desde hace mucho tiempo. Según Alenda, actualmente hay 7 inspectores, rotando en diferentes lugares y horarios, que radian dos autos sin permisos por día. Pero los taxistas con habilitación se quejan de que los inspectores los controlan más a ellos que a los truchos y que hay zonas liberadas, algo que Alenda calificó como una "mentira".
"En General Acha y San Luis, a veces son los mismos inspectores los que le dicen a la gente que se vaya del otro lado de la esquina para tomar el remís que colectivea. O frente a la Terminal, donde funciona Tránsito, hay remises truchos haciendo cola levantando gente. Pero a nosotros, que saben quiénes somos, nos viven parando, chequeando obleas, luces, todo. Cuando nos quejamos, los inspectores nos dicen que no tienen órdenes para controlar truchos. Esto es tierra de nadie", apuntó otro taxista.
"Uno más o menos sabe dónde están haciendo controles, por ejemplo frente al VEA, o el Centro Cívico o en el banco cuando cobran los jubilados, o en la plaza Laprida, especialmente con los remises que van a Caucete. Pero como los inspectores se van moviendo, se puede trabajar medianamente sin problemas", dijo Guillermo, chofer de un Fiat Duna, quien alquiló durante muchos años una licencia hasta que se cansó y, a fines de 2008, salió a la calle a trabajar sin habilitación.
Las licencias en sí mismas son otro gran problema. Un grupo de remiseros sin habilitación que el año pasado realizó varias manifestaciones, dijo que el 90% de las licencias de taxis y remises son alquiladas, lo que es ilegal. De las 1.300, la mayoría pertenece a una veintena de empresas, pese a que la ley de Transporte dice que una persona jurídica no puede tener más de 15 licencias. A su vez, un remisero dijo que una trampa al sistema que realizan algunas empresas es denunciar la rotura de un vehículo para solicitar un permiso provisorio de otro. Sin embargo, una vez que el primer coche está reparado, el otro también sigue circulando. Alenda, aunque no lo dijo específicamente, reconoció la situación al afirmar que "una vez que el original vuelve al servicio, si el otro sigue en la calle, es ilegal".
Por otro lado, además del colectiveo, es decir, que un remís ilegal levante pasaje por el costo del boleto del micro, otra irregularidad que denuncian los choferes con habilitación es el truchaje de gráfica vehicular. Por eso, la UPADA comenzó a repartir volantes entre los pasajeros para que sepan identificar un taxi trucho. Ellos afirman que pese a ver un taxi de color blanco y techo amarillo, si no tiene el logo del Sol con los tres números de la licencia en la puerta, es ilegal. Sin embargo, Guillermo contó que por 50 pesos en cualquier negocio de gráfica autoadhesiva, se hace dos copias con el logo y la triple cifra. Pero para evitar que el dueño de la licencia haga una denuncia penal si lo llega a identificar, le sacan uno de los tres números, generalmente el del medio.
Así, mientras la problemática del transporte ilegal sigue creciendo, la brasa caliente sigue saltando de mano en mano, año a año.

