Eduardo Sanmartino se siente como pez en el agua en el taller de carpintería. Allí conoció los secretos del trabajo en madera y metal. Una foto en medio del taller lo muestra siendo apenas un niño, junto a operarios de la empresa. Hoy, a sus 44 años, es la segunda generación que está al frente de Made Metal, una empresa tradicional en la provincia, dedicada a la fabricación de muebles para el hogar y oficinas.

Todo comienza hace 46 años, cuando Salvador Sanmartino le dio rienda suelta a la creatividad para hacer sus primeras obras en herrería artística en la casa familiar de Concepción. Junto a su esposa Carmen Morales comenzaron a incorporar muebles de jardín. De a poco agregaron los muebles para interiores. Con el tiempo la clientela mayorista de comercios populares en San Juan se acrecentó. Eso permitió ampliarse para comprar un terreno en calle Mendoza, plena zona trinitense, en Capital, donde están en la actualidad.

Mientras Salvador trabajaba en el taller, su hijo Eduardo daba los primeros pasos en el oficio de hacer muebles en metal y madera.

Hasta el año 1986 la empresa fue unipersonal. Se llamaba Formimetal. Desde entonces, Eduardo, con 18 años, se incorporó a la empresa como socio de su padre. Entonces la empresa ingresó al régimen de promoción industrial y la firma pasa a llamarse Made Metal SRL.

Para Eduardo, sin dudas que su padre fue y es el ejemplo a seguir. "Más allá de que sea mi padre, él es un tipo muy visionario, empezando por el lugar que eligió para instalarse. Acá no había ni calle, era un lugar inhóspito y ahora es una zona semi industrial y pujante". Agregó que "mi vida, mi infancia fue este trabajo. A los 18 años ya conducía y traía cargas de mármol de otras provincias. Con esa edad también viajé con el contador a pedir una ampliación del cupo de promoción industrial, mientras mis compañeros de facultad estaban con "Rasguña las piedras"" (canción de Sui Generis), ejemplificó el hombre para contar su amor por su trabajo.

Esos eran tiempos de crecimiento. Como toda empresa y al igual que su padre, también tuvo que hacerle frente a momentos de crisis económica del país y redobló esfuerzos para salir adelante, con 12 o 14 horas de trabajo diario, recuerda.

En la actualidad, la empresa cuenta con 10 operarios especializados. Varios de ellos con una amplísima experiencia que dan los años. "Son como de la familia, algunos llevan 30 años con nosotros, por eso la confianza es enorme, porque entre todos trabajamos con mucho entusiasmo", contó el empresario.

Entre las características personales que Eduardo le puso a la empresa figuran la permanente innovación y dinámica acorde a estos tiempos. "El valor agregado que le ponemos a cada trabajo es lo que nos caracteriza, los pequeños detalles. Nuestros clientes nos valoran, a tal punto que entre ellos están los nietos e hijos de aquellos que le compraban a mi papá", sentenció Eduardo.