Los Cáceres se enterraban en el agua y el barro hasta las rodillas, intentando rescatar lo poco que pudieran debajo de los palos, cañas y nylon que antes fue su casa. En La Chimbera, 25 de Mayo, el precario rancho de Juan Carlos Cáceres se derrumbó por la acción del agua en plena madrugada y sus 5 hijos se quedaron sólo con lo que tenían puesto (ver foto arriba). Si hasta perdieron la huertita con zapallos que habían hecho los niños. La tormenta que azotó a la provincia en la madruga de ayer fue particularmente virulenta en 25 de Mayo, donde dañó 150 viviendas, y Caucete, con 14 casas afectadas; mientras que en Rawson hubo 3 casos, según el Ministerio de Desarrollo Humano. A la vez que una creciente en El Villicum se cobró la vida de una persona, al arrastrar el auto en el que viajaba (ver página 8).
En tanto, hubo cinco departamentos que sufrieron cortes de luz, según Energía San Juan, por las características del fenómeno climático (rayos, viento y lluvia).
En Caucete, el intendente Juan Elizondo indicó que hubo unas 14 familias que vieron afectadas seriamente sus casas, en Pie de Palo y 12 de Octubre, por una creciente.
Por su parte, en 25 de Mayo fueron unas 150 familias las que sufrieron problemas en sus viviendas, especialmente en Casuarinas y en La Chimbera. En tanto que en villa Santa Rita, Rawson, tres casas ubicadas una al lado de la otra padecieron caídas de paredes, de techo y agrietamientos. Las autoridades municipales anunciaron que ya habían asistido a los damnificados.
PIE DE PALO
Los vecinos de villa Matuastos, en Pie de Palo, fueron advertidos por los trabajadores del ferrocarril que se venía la creciente, pasadas las 8 de la mañana. Movilizados por las vías en la ‘zorra’ fueron gritando que se venía el agua, por lo que algunos lugareños alcanzaron a hacer unos bordos de tierra en las puertas de casa. Sin embargo, de poco sirvió. La creciente avanzó sin compasión, el agua se metió a las viviendas, se llevó pertenencias que habían quedado en los patios y hasta ahogó algunos animales.
‘La creciente me mató unos 15 pollitos y unas gallinas, casi me ahogó a uno de los chanchos, me arrastró leña, alimentos para los animales y hasta ropa y zapatillas que los niños habían dejado afuera. Esto fue muy dañino’, se lamentaba Tránsito Romero. Los vecinos aseguraron que hacía más de cuatro años que no sufrían una creciente tan grande, a la vez que el intendente expresó que buscará ayuda financiera para tratar de mudar la villa Matuastos a otro lugar, alejado de la bajada de las aguas.
EN 25 DE MAYO
En Casuarinas, las paredes internas de la casa de Tadeo Morán se habían caído y el agua ya había carcomido las del exterior. Y mientras dos camiones atmosféricos extraían el agua estancada, la familia llevaba los muebles a una vivienda vecina. ‘Los bomberos me dijeron que la casa quedó inhabitable. Nos tendremos que ir a lo de un familiar’, dijo Morán, resignado.
A pocos kilómetros de allí, los vecinos del Callejón Del Bono cortaron la ruta 279 con un piquete. Entre el fuego y el humo de los neumáticos quemándose, reclamaron por la apertura de una calle en el interior del asentamiento, que se encuentra en un bajo, y ayuda para arreglar las viviendas dañadas. El intendente Quiroga informó, al cierre de la edición, que hacía un relevamiento social en el lugar.
EN RAWSON
En villa Santa Rita, Rawson, en la casa de Lorena Rodríguez se cayó parte de la pared y el techo de un dormitorio, que por muy poco no cayó encima de una las hijas de la mujer que estaba acostada en una cucheta. En la de Carina Guerra, la cocina sólo quedó con tres paredes, mientras que en la de Liliana Reyes se abrió una grieta en la unión de paredes de una pieza, a la vez que el techo pandeado avisaba que no iba a resistir más agua. Por eso Liliana ayer se encomendaba a todos los santos para pedir que no se cumpla el pronóstico del SMN, que anunciaba más lluvia al cierre de esta edición y una jornada inestable para hoy, con probables precipitaciones para la tarde-noche.

