Sol de Los Andes es una empresa familiar y artesanal que armaron Ana María Esteybar y su esposo Rodolfo Ojeda, luego de la crisis del 2001. Se dedican al tomate seco y derivados. Decidieron instalarse en Pocito, y lo hicieron en un predio ubicado en calle Lemos, entre 10 y 11, muy cerca de la villa cabecera. Ella nos comentó añorando “aquí vinimos en el 2003 a trabajar, no teníamos ni agua corriente y traíamos en camiones desde la municipalidad. Empezamos con el corte a cuchillo, a mano y el baño con metabisulfito lo hacíamos ¡en una pileta Pelopincho! Eran unas 12 personas de la zona. Tardaban 5 minutos por cajón, una eternidad. Y empezamos a reinvertir lo obtenido, todos los años, primero una máquina cortadora, luego doble línea, luego dos máquinas con doble línea, un galpón, luego dos y hasta oficinas. Ahora en 8 horas hacemos 30.000 kilos de tomates. Tenemos 3,5 hectáreas de playas de secado, y lleno está cerca de los 200.000 kilos. En una buena temporada anual llegamos a los 800.000 kilos de tomate. “Muy contenta de estar en el PP”, dijo sonriente que en esta familia todos colaboran, su marido que es ingeniero electromecánico, su hija Paula, la mayor que es licenciada en alimentos y su hijo Diego, que es ingeniero mecánico. Finalmente expresó “esta actividad tiene muy alta demanda, y además de comercializar en Argentina, estamos vendiendo a Brasil. Con PP estamos diferenciando el producto final, como un eslabón más de origen, de calidad y de empresa seria”.
