1-Poda de formación

2-Poda de fructificación

3-Podas de reducción

4-Poda de limpieza

5-Para cada caso en particular la poda no es la misma.

Poda de Formación

El objetivo de esta poda puede ser diverso. Un árbol que se utilizará para sombra en alineación de una calle urbana deberá tener cierta forma que le permita coexistir con cables, tránsito de vehículos y circulación humana. Para no dañar el cableado público es que se podan las ramas que están orientadas hacia el interior, cortando desde donde nacen para evitar que reaparezca el problema. El tallo deberá ser único y limpio de ramas debajo de los 2m.

Por ello son fundamentales las podas de formación desde que son pequeños. Si lo formamos mal y pierde una parte importante no tendremos oportunidad de recuperarlo.

Es necesario estudiar el comportamiento de cada especie, ya que no todos se comportan igual. Un fresno (Fraxinus sp.) un roble (Quercus sp.) o una magnolia despertará sus yemas por todo el tronco, aún en plantas longevas. Los cipreses o cedros, no podrán reponer lo perdido, no regeneran por yemas en el tallo.

La poda de fructificación

Es específica de cada especie, es para favorecer las ramas del árbol que darán frutos. El manzano, el peral, el membrillo, el naranjo, etc. no reciben la misma poda. Cada variedad tiene lo suyo específico.

La poda de reducción

Se practica en el caso de árboles caducos, ej. Tilo, Robles, Castaños y Tulipaneros. Es frecuente en el arbolado urbano (de veredas). Primero debemos estudiar la disposición de las ramas. Luego realice el raleo de manera que la copa quede abierta, sin ramas en el centro. Por último haga el acortamiento. En los años sucesivos no debe podar en el mismo lugar ya que se formarán muñones antiestéticos.

La poda de limpieza

Consiste en observar la planta y sacar las ramas secas, los chupones, las ramas que enmarañan la copa, y las quebradas impidiendo el paso de la luz y el aire hacia el centro. Se realiza un raleo.