No sólo el pistacho y el aceite extraído de este fruto, es material de estudio para este equipode trabajo que funciona en el ámbito de la Facultad de Ingeniería
de la UNSJ pero que también comparte con profesionales de la Universidad Católica
de Cuyo, e inclusive de universidades de fuera de la
provincia que aportan equipamiento.
Detalles como la influencia según el tipo de suelo donde fue implantado, las edades
de las plantas y los compuestos son algunos de los ítems que desarrollaron detalladamente y que siguen observando con ayuda de tres emprendimientos
locales que se dedican al pistacho, como son Pisté Pistachos Argentinos (en
el Cerrillo Barboza), Pistachos de los Andes (en Media Agua) y Polo Pistachero (en 9 de julio).
Pero éste no es el único fruto en el que hicieron foco de su interés académico. Las pasas y las granadas cultivadas en campos sanjuaninos ya fueron analizadas en cuánto a su composición nutricional -y con éxito-, mientras que recién se han iniciado las investigaciones sobre melones y membrillos (no sólo los frutos sino que en
una segunda etapa se estudiarán las pulpas), tomates (más adelante se analizará el fruto desecado también), espárragos y si bien no es típicamente local, los arándanos.
"Llegamos a la conclusión que todos aquellos frutos que tienen una cierta coloración amarilla, roja y violeta, tiene en su composición compuestos fenólicos y flavonoides -ambos antioxidantes- beneficiosos para el ser humano. Esto se da muy bien en San Juan por las condiciones climáticas donde crecen las plantas”, explica Feresin
y destaca que por eso es importante consumir el pistacho con su cascarita violácea.
El programa que dirige también se ha abocado a las plantas de uso medicional y a los
frutos autóctonos que se consumen en las zonas rurales.