
Anoche, Nahuel Castro trabajaba como lo hace desde hace casi tres meses en un carro de comidas ubicado en la esquina de Díaz y Benavídez, en Chimbas. Mientras estaba atendiendo, llegó personal de la Policía y le pidió que cerrara porque, de otro modo, le llevarían la estructura. Ahora, el hombre de 21 años que tiene 2 hijos pequeños y ayuda económicamente a su padre y dos hermanos, pide que lo dejen trabajar.
“Tengo el certificado del curso de manipulación de alimentos y un permiso del municipio. Pero hace unas semanas cambié mi carro, que era muy chico y no tenía techo, por uno que alquilé que es más grande y con el que puede trabajar, por ejemplo, cuando hay viento. Por eso, anoche llegó un inspector de la Municipalidad y me dejó acta. Me dijo que siguiera trabajando por la noche y que hoy fuera al municipio para que me reubicaran”, comentó Nahuel.

Y agregó que “media hora después llegaron 4 policías, rodearon el carro y uno me empezó a pedir los datos. Yo le di todo y también los documentos que tengo para estar ahí. Pero me pidieron también el certificado de Salud Pública, les expliqué que no lo tengo porque desde hace tiempo no están entregando y me dijo que entonces me tenía que ir, que si no sacaba el carro en media hora me lo llevaban con la grúa. Tuve que cerrar, no me puedo arriesgar a eso”.
A la vez, detalló que “yo trabajé anteriormente en casas de comida. Pero desde enero me quedé sin trabajo. Después trabajé en la Municipalidad de Capital, pero me dieron de baja. Y tuve que empezar con esto porque es la única forma que encontré de mantener a mi familia –tiene a su mujer, un nene de 2 años y una beba de 8 meses-. Y también a mi papá, que ya es grande y se quedó sin trabajo por una enfermedad, y a mis dos hermanos, que están en sillas de ruedas”.
Ahora, Nahuel iba a acercarse al municipio para ver si le asignaban otra ubicación y aseguró: “Sólo necesito trabajar”.
