Cristina Maya

: Milagros de la vida

Cuando una mujer decide ser mamá no hay quien la detenga ni circunstancias que lo impidan. La primera vez que sonó el teléfono, y escuchó una voz que decía que había una nena de dos años para ella, Cristina Maya aceptó de inmediato. Era María de los Angeles que actualmente tiene 11 años y va a 5to grado de la Escuela Ingenieros de San Juan. A los pocos años el teléfono volvió a sonar para dar la noticia de la llegada de su segunda hija, María de los Milagros, y tampoco dudó ni un instante a pesar que le dieron 24 horas para pensarlo para saber si la quería en guarda, o no, porque tenía Ataxia Telengiectasia, una enfermedad progresiva-degenerativa que ataca muchos sistemas del cuerpo, sobre todo el inmunológico. "No había motivos para decir que no, porque como decimos con mi marido si yo hubiera podido tener hijos también podría haber tenido alguna discapacidad. Actualmente los médicos dicen que está muy bien para lo que es la enfermedad y que no ha avanzado tanto como pensaban. Nosotros hacemos todo lo que se puede, y sobre todo, le damos mucho amor", cuenta Cristina, quien vive con su esposo Miguel Angel Fernández en el Barrio Centenario en Chimbas.

Todo comenzó cuando Cristina y su esposo -empleado de la construcción-, supieron que no podían concebir hijos y llegaron a los Hogares de Belén. "Fue una bendición de Dios. Nos dijeron todo bien claro, que primero era guarda hasta llegar a la adopción y que hasta corríamos el riesgo de que volvieran con sus padres biológicos, pero igual aceptamos. Gracias a ellas cumplimos el sueño que tiene toda persona, que nos digan mamá y papá. Esa es una felicidad muy grande que agradezco cada día", agrega.

Sólo alcanza con mirarlas a las tres para ver como han mimetizado el cariño, el afecto, el amor de familia. Sus ojos brillan, pero más aún los de Milagros que irradian una luz especial.

Lejos de ser o parecer un padecimiento, Cristina cuenta con simpleza, con naturalidad su historia junto a las nenas. Ella está totalmente dedicada a sus hijas aunque hace un tiempito instaló un pequeño negocio en su casa para hacer algo más. Eso le permite estar a disposición de Mili, llevarla a la escuela Peñafort todos los días, ir al gabinete donde la atienden médicos, psicólogos, fonoaudiólogos, kinesiólogos y cuanto especialista haga falta para procurar que su salud se mantenga, al menos en los mismos niveles. A la par toma complejos para favorecer el sistema inmunológico que es muy afectado por esta dolencia. "No tiene cura, pero sí podemos darle una buena calidad de vida y es lo que intentamos. Su motricidad se ve cada vez más afectada pero está en tratamiento. Ahora también se traba mucho para hablar, sobre todo en las mañanas, pero practicamos los ejercicios que nos da la fonoaudióloga y mejora a lo largo del día", dice Cristina mientras Angeles le da una hoja a su hermana para que dibuje y escriba "MAMA".

A Angeles recién pudieron adoptarla (en los papeles) tras varios años de guarda, y Milagros aún está en esa situación a pesar que lleva con ella casi cinco años, pero no pierden la esperanza que eso suceda muy pronto. Ahora lo importante es seguir adelante, mejorar cada día su calidad de vida para lo cual Cristina no deja de hacer cosas.

Viviana Díaz Tejeda

: Una nueva oportunidad

Después de un primer embarazo fallido y persuadida por su marido, Viviana Díaz Tejeda decidió adoptar un bebé. Como ya se sabe los trámites para lograrlo son eternos y así fueron pasando los años. "Estabamos cansados de esperar así es que nos enteramos de los Hogares de Belén y decidimos iniciar allí un nuevo camino para la adopción. De ese modo llegó a nosotros Milagros con apenas dos meses de vida. Fue el 23 de junio de 2006. Nunca me voy a olvidar que mi marido -Marcelo Torres-, atendió el teléfono y cuando cortó y me dijo: Negra sos mamá. Salimos a comprar todo porque no teníamos nada preparado ya que desconocíamos cuando llegaría la cigüeña. Fue una alegría inmensa. Fuimos a comprar mamadera, pañales, ropita y casi de inmediato comenzamos con todos los estudios necesarios. En principio todo estaba bien pero a los pocos meses noté que no crecía ni se hacía las cosas como una vecinita que había nacido en los mismos días. Así los médicos descubrieron que su cerebro no se estaba desarrollando normalmente y tenía un retraso madurativo de la parte motora y del habla. De hecho ella no habla y, por el contrario, tiene hiperacusia. Al principio sufría mucho cuando escuchaba ruidos, pero ahora está más adaptada", cuenta Vivi.

Lo curioso es que al poco tiempo, la convocaron de uno de los Juzgados de Menores porque había un bebé con una cardiopatía congénita para adopción, pero la condición era entregar la pequeña, algo que se negaron a hacer rotundamente. "La nena no es un objeto jamás pensamos en hacer algo así a pesar de que se podía porque uno los tiene en guarda a los chicos antes de la adopción, según la metodología de los Hogares de Belén, pero nos parecía algo espantoso que no lo contemplábamos bajo ningún aspecto. Ella fue nuestra hija desde el mismo momento en que la recibimos", cuenta Viviana quien debe repartir su tiempo entre Salud Pública y sus nenas. Sí, sus nenas. Es que hace dos años quedó embarazada y llegó Valentina Naomi.

Ambas comparten los juegos, las corridas por la casa, el perro Lucas, y el amor. "Para Milagros, Vale es una muñeca, la cuida, la quiere, nunca tuvo celos, lo tomó con naturalidad", dice Vivi.

Esta mamá, si bien trabaja (actualmente está con parte médico por operación en sus manos), se encarga de cada detalle de sus hijas. Milagros va a la escuela Peñafort, además de recibir la atención médica y psicológica necesaria por sus problemas de salud.

"El tema con Mili son los límites, es difícil, pero estamos en el proceso de aprendizaje con la ayuda de una profesional. A esto se suma que actualmente soy mamá y papá por lo que las cosas se complican bastante. Por suerte una vecina que las adora me ayuda con ellas mientras trabajo", indica Vivi quien gran parte de su vida fue locutora de radio en la provincia y también en Jujuy.