La única confitería que hay en la Terminal de Omnibus de Capital, está cerrada desde hace 10 días y si bien ahora en sus puertas de vidrio hay un cartel que indica que está cerrada por refacciones, lo cierto es que fue clausurada por la policía porque en el lugar se estaba vendiendo alcohol fuera del horario permitido por la ley. Pero este no fue el único lugar que tuvo que dejar de atender al público por violar la Ley Seca. Durante el último fin de semana clausuraron 5 locales por el mismo motivo. Desde la policía dicen que tienen que clausurar la mitad de los sitios que salen a controlar.
El cierre de este sitio produjo una modificación en el escenario que se vive diariamente en la Terminal de Omnibus, según dijeron los changarines que trabajan allí y hasta algunos propietarios de negocios que hay en el lugar. Es que ahora la gente que llega o que se va, no tiene dónde comer o beber, mientras espera. Es por eso que es usual ver personas debajo de la sombra de los árboles, comiendo un sánguche o tomando gaseosa que compró en un kiosco cercano. "Siempre viajo de Media Agua a Jáchal y tengo que esperar un par de horas entre un colectivo y otro. Ahora extraño la confitería, que es donde hacía tiempo, sobre todo porque se están viniendo los calores", dijo Dalmacio Quiroga.
Fue hace dos fines de semanas que la policía tuvo que intervenir en la confitería y además de labrar un acta de infracción, clausurar el local. La medida se tomó luego de recibir una denuncia anónima mediante la que se afirmaba que en el lugar estaban vendiendo bebidas alcohólicas después de las 23,30, cosa que está prohibido por la Ley Seca. Pero además haciéndolo fuera del local, y tampoco está permitido. Esto llevó a que la policía hiciera efectiva la clausura de la confitería, colocando el precinto correspondiente. Sin embargo, ayer estas fajas de seguridad habían sido retiradas y reemplazadas por un cartel que indicaba que el lugar estaba cerrado por refacciones. Esto, a pesar que no había ningún tipo de indicio de obra o que se estuviesen haciendo arreglos dentro del local. "Los que tienen la concesión no aparecieron más. Vino un muchacho y pegó los carteles, pero nadie dijo cuándo iba a volver a abrir", dijo un hombre que cuida los baños públicos de la Terminal de Omnibus, y que prefirió no dar a conocer su identidad. La confitería, al igual que el resto de locales que están en la Terminal, pertenecen a la Dirección de Tránsito y Transporte, que los entrega a concesión por determinado lapso de tiempo. Desde el organismo dijeron que no corre peligro la continuidad de la concesión si no se convierte en reincidente. DIARIO DE CUYO intentó localizar a la persona que está al frente de la confitería clausurada, sin éxito.

