Utilizar bromuro de metilo para curar la fruta y matar todo tipo de ácaros, es un tratamiento que hace rato se dejó de lado como práctica cuarentenaria y la vuelta al ruedo de este procedimiento ha despertado dudas en el sector exportador. “Si te piden que tiene que estar bromurada, es porque uno supone que no pondrán reparos, pero nadie te asegura si después los compradores van a utilizar esto como una herramienta de negociación que vaya en detrimento del precio”, apuntó un exportador veinticinqueño. Por estos lares temen que, además de asumir un costo extra por la bromuración, este tratamiento redunde en un menor precio a la hora de cerrar contratos.