El anuncio de Dubai hace temer por la posibilidad de una quiebra en el Emirato justo en el momento en el que comienzan a verse los primeros síntomas de recuperación económica en el mundo. Durante el pasado “boom”, recordó ayer el diario británico, Dubai “estuvo en la cresta de la ola del crédito fácil, que sirvió para generar un crecimiento económico fenomenal, pero la crisis global le golpeó luego duramente”. El anuncio de la moratoria ha indignado a los inversores, a quienes se les había asegurado durante meses que Dubai cumpliría todas las obligaciones derivadas de su deuda de 80.000 millones de dólares pese a la recesión y a la crisis inmobiliaria. La inmobiliaria Nakheel, constructora de las Islas de las Palmeras, un espectacular complejo de hoteles y villas de lujo situadas en unas islas artificiales, ha tenido que despedir a miles de empleados por culpa de la crisis del sector inmobiliario y la sequía financiera. El Gobierno de Dubai se ha visto obligado a renunciar a los planes que tenía de construir la torre más alta del mundo, así como más islas artificiales. “Lo que ha ocurrido destruirá la confianza en Dubai. Todo el proceso ha sido opaco y totalmente injusto para con los inversores”, señaló al Financial Times Eckart Woertz, economista del centro de investigaciones del Golfo. Según una portavoz del ministerio de Finanzas, el Gobierno quiere pedir a los poseedores de bonos que esperen hasta mayo, aunque no se ha tomado ninguna decisión sobre qué se hará con los inversores que reclamen su dinero en diciembre. Los analistas esperan que el apoyo financiero de Abu Dhabi, un miembro vecino de los Emiratos Arabes Unidos y hogar de la mayoría del petróleo del paÝs, mantenga a Dubai a flote.
