Jesús Soto estaba indignado. Mientras estimaba gastos por al menos 4.000 pesos en cubiertas y en el arreglo de chapa y pintura de su camión, recordaba que es la segunda vez en pocos días que sufre un ataque de delincuentes. Una situación mucho más grave había atravesado con su familia alrededor de las 21 del sábado 23 de julio último, cuando tres delincuentes con armas entraron por el fondo de su casa en el barrio Corrientes y redujeron a nueve personas (incluidos 4 niños). Cuando asumieron el control, los ladrones encerraron a todos en un baño y huyeron con unos 1.600 pesos, algunas joyas y dos celulares.