San Juan, 17 de noviembre.- Tomás Escobar, el sanjuanino creador de Cuevana (el sitio en donde miles de personas que podían acceder a contenidos sin pagar un peso y que le valió de cientos de demandas por infringir los derechos intelectuales) ganó el prestigioso premio MIT.

El talentoso local fue premiado por el prestigioso Massachusetts Institute of Technology por su nuevoproyecto: Acámica -por academia dinámica-, una plataforma en línea que permite a través de cursos aprender habilidades como diseño o programación, y que ya reunió a 70.000 usuarios. Básicamente con el objetivo de formar a los mejores profesionales de tecnología de la región.

"El mundo va cambiando: el 65% de los chicos que hoy está en primaria va a trabajar en puestos que todavía no existen -dijo Tomás a Diario La Nación-. El sistema educativo tradicional no puede adaptarse con la velocidad necesaria. No tenemos nada en contra de las universidades, pero en tecnología todo cambia muy rápido y las currículas universitarias no tienen esa dinámica. Hay una brecha entre lo que pide la tecnología y lo que el sistema educativo puede dar. Y esa brecha se puede acortar por la facilidad, accesibilidad y bajo costo de Internet."

La motivación para emprenderlo nació de su experiencia personal: Tomás abandonó los estudios de ingeniería en computación entre segundo y tercer año. No, no quería cursar más. En la facultad no podía bajar a tierra los conocimientos. Quería aprender a su manera y el lugar era Internet. "Cuevana arrancó como un hobby para divertirme y aprender y terminó explotando. El mundo de la tecnología real va a otra velocidad. Y si no querés que te pase por arriba tenés que estar en constante actualización y foco", dice.

Cuando se le pregunta más de Cuevana no se siente cómodo: dice que nunca le interesó hacer algo en contra de alguien o a pesar de alguien. Que cuando todo explotó intentó hacer las cosas bien y no se pudo llegar. El proyecto de películas online ya quedó de lado para él y dejó fluir lo que lo moviera a nivel personal. Reinventarse a sí mismo, por qué no. Un nuevo desafío. Una compañía. Aportar su granito de arena a la educación y tratar de lograr un impacto a largo plazo, tal vez en diez o quince años: "Que Acámica se convierta en una alternativa o un complemento a la educación tradicional".