Para TCA la solución para no despedir gente por la crisis vino de parte del gobierno. Desempolvaron como otras 621 empresas de todo el país, el Repro, el Programa de Recuperación Productiva, nacido en el año 2002 en el marco de la emergencia ocupacional y que beneficia a las empresas privadas en situación de crisis con una suma mensual no remunerativa de 600 pesos por trabajador. Ese dinero -que llega con fondos del ANSES- pasa directamente a cada salario y es un monto que se ahorra la patronal. El convenio firmado en este caso es por un año y se puso en vigencia en enero pasado. A cambio, el compromiso es no echar personal. A TCA le vino como anillo al dedo porque había barajado la posibilidad de reducir a un 50 por ciento su plantel de casi 600 trabajadores.

Pero realmente la reactivación de la fábrica llegó en este último tiempo por las medidas impositivas implementadas en Brasil para fomentar la compra de autos, que a diferencia de Argentina (dónde se propuso un plan de un crédito a 48 meses), en el país vecino la iniciativa se basa en una quita directa del valor del auto. "Ese plan si funcionó, mientras que en Argentina no. ¿Cómo nos impacta? Directamente. En Argentina se hacen los autos que son exportados a Brasil en un 80 por ciento. Y nosotros les proveemos todo lo que necesitan en el proceso de producción. Esto significa que reactivaron nuestro trabajo. Aparte, aparecieron nuevos proyectos con nuevas firmas, como ser Fiat, Cherry, Peugeot y Volswagen. Esta diversificación es muy positiva", confió una fuente gerencial que pidió no ser identificada.

Aunque el aporte en la reducción de costos fue poco significativo -en relación a las necesidades de la empresa- en TCA además recortaron los menúes en el comedor (les quitaron un plato) y los consumos en energía, comunicaciones y limpieza, entre otras medidas.