No fue ni siquiera un robo, pues no usaron violencia. Se trató simplemente de un hurto, pero de esos comparables a los grandes golpes, porque casi sin dejar rastros se llevaron nada más y nada menos que 40.000 dólares, o si se quiere 168.000 pesos, además de algunas joyas. El ilícito se perpetró ayer en la mañana en un departamento de un edificio de la zona céntrica de Capital, en las horas en que sus propietarios estaban trabajando.

El ingeniero industrial Ricardo Herce, de 78 años, y su esposa Asunción, de 71, habían salido ayer a eso de las 8:30 de su departamento del 4to. piso del edificio Catamarán V, de la esquina de Alem y San Luis. Como de costumbre, la primera en regresar fue ella a las 13:30. Abrió la puerta del departamento y al entrar notó algo extraño: la bolsa de papel de una tienda estaba sobre un banquito del living. ‘Le llamó la atención porque son muy ordenados. Eso no estaba ahí antes que se fueran. Bajó y preguntó al empleado de seguridad si alguien entró al departamento y le contestó que no. Volvió a subir y, cuando empezó a mirar, vio que el placard estaba abierto‘, relató Ricardo Herce, uno de los hijos del matrimonio.

No sólo era el placard de su dormitorio, también habían abierto el secreter de madera -que está adentro de ese mueble- y habían sustraído toda la plata y las joyas. Ricardo Herce (h) confirmó que se llevaron 40.000 dólares, además de anillos, pulseras y cadenas de oro. ‘Es una suma importante de dinero, pero lo único que les preocupa a mis padres son esas joyas que tienen un gran valor sentimental para la familia. Algunas de las joyas eran de los abuelos de mis viejos‘, dijo el hombre. Sobre la plata, explicó que eran los ahorros del matrimonio.

Pese a que hay vigilancia las 24 horas en la entrada al edificio, el custodio aseguró que ayer en la mañana no vio a ningún desconocido, dijeron. Los Herce estaban sorprendidos. ‘No tocaron ninguna otra cosa, fueron derecho al placard y al secreter. No sé como hicieron porque no forzaron nada‘, comentó el hijo de la pareja. Los policías de la Seccional 1ra. se preguntaban lo mismo, dado que él o los ladrones evidentemente entraron con una copia de la llave del departamento y, se supone, también tenían llave del secreter.