A Guillermo Ramos le cuesta hablar, pero se las ingenia para contar que es el capitán del equipo y que usa la camiseta número 10 como su ídolo Maradona. En tanto que Miguel Godoy no puede hacer payanitas, pero se “ataja todo”. Ambos son discapacitados y lograron jugar al futsal de manera profesional. Integran el equipo de la B del Huarpes Futsal Club y sueñan con llegar a ser parte de la selección albiceleste.
La familia de Guillermo, de 27 años, es futbolera. Su padre y sus hermanos jugaron al fútbol, pero él nunca se atrevió ni siquiera a soñar poder hacerlo. Desde chico sufrió cada vez que los demás chicos del barrio le dijeron que no podía jugar con ellos por ser Down. Ahora está esperando el debut con su equipo. Lo mismo espera Miguel, de 30 años, que nació prematuro y con una discapacidad física por tener el tendón de Aquiles más corto de lo normal. Recién a los 13 años pudo empezar a caminar con la ayuda de un andador que le hizo su abuelo. Lo primero que hizo cuando se puso de pie fue patear una pelota. “Así empecé a entrenar. Cuando pude caminar sin ayuda unos chicos me invitaron a jugar. Me dijeron “andá al arco” y ahí quedé. Ahora soy arquero y me atajo todo. Quiero ser como Nacho González, que fue arquero de Racing mi equipo preferido. Si me lo propongo lo voy a lograr como las demás cosas que conseguí. Sé leer y escribir y hasta tengo novia. No hay que tenerse lástima por ser discapacitado, sino tener la actitud de superarse”, dijo Miguel.
Que Guillermo y Miguel pasaran a integrar un equipo profesional de futsal fue por una casualidad. Los directivos del Huarpes Futsal Club encargaron a los chicos con discapacidad que asisten a la escuela Aleluya que hicieran los números para las camisetas de los jugadores del club. En las visitas a la institución vieron que los chicos que asisten a la misma no tienen un lugar donde practicar actividades físicas. De ahí nació la idea de enseñarles futsal. “Nos pareció una buena manera de fomentar la integración. Los chicos se incorporaron a las prácticas y no sólo se integraron de maravilla al resto del equipo, sino que demostraron un gran desempeño y actitud por eso ya les otorgamos los carnet y los incorporamos al equipo profesional de la B”, dijo Raúl “Bachicha” Díaz,
El hombre contó que también el club está trabajando en otro proyecto más de integración. Dijo que en Médano de Oro se alquiló un terreno donde tiene planificado construir un playón deportivo y poner en marcha una huerta orgánica para que los chicos discapacitados que ingresen al club la utilicen para tener una salida laboral y generar sus propios ingresos.

