Transcurren días en los que Jorge Maldonado está reviviendo un momento de dolor único en su vida, ya que fue uno de los pasajeros en el colectivo de la empresa Turbus que partió desde Mendoza rumbo a Chile y volcó el 18 de febrero del año pasado, provocando la muerte de 19 personas. Entre ellas, tres sanjuaninos. Y todos ellos viajaban con Jorge: su pareja, Eliana Oro; un primo, Roberto Olivera; y la pareja de este último, Fernanda Sánchez.
A dos días de que se cumpla el primer aniversario del lamentable hecho en Los Horcones, Maldonado trata de salir adelante aferrado siempre al amor de su único hijo, Liam Juan Cruz, quien tuvo que pelear por su propia vida luego del accidente y hoy debe continuar con un tratamiento en su piel.
Jorge continúa viviendo con su hijo junto a sus suegros en Rawson y trabaja como albañil. Fanático de Boca, no deja de publicar en su muro de Facebook lo que más le gusta hacer: ir a jugar al fútbol con un grupo de amigos, acompañado por Liam (quien en abril cumple 5 años) y luego comer un asado.
Es justamente en esa red social donde Jorge vuelca cada tanto su tristeza por la pérdida de Eliana, quien al momento de fallecer tenía un embarazo de dos meses.
“Su hijo es quien le da fuerzas. Sin dudas que en él se apoya cada día”, afirmó sin rodeos Braian, hermano de Jorge.
La otra razón por la que Maldonado está evocando la fatídica fecha es que anteayer comenzó en Mendoza el juicio contra el chofer que conducía la unidad, Fancisco Sanhueza, a quien se le acusa de homicidio simple.
Ayer entre los tres testimonios que se realizaron, todos conmovedores según la prensa mendocina, estuvo el de Jorge. El sitio MDZ publicó algunas de las frases de Jorge, en las que aflora su dolor: “Mi mujer Eliana falleció en el accidente. Tenía 27 años y estaba embarazada”. También se quebró cuando recordó al muerte de sus primo Roberto y Fernanda: “Los niños quedaron al cuidado de la hermana de Roberto”, indicó el joven sanjuanino.
Del viaje, que era de vacaciones, el sanjuanino recordó que le llamó la atención la velocidad de la unidad: “Yo iba durmiendo y me despertaba de a ratos por los movimientos bruscos del colectivo. Los pasajeros le dijeron tres veces que redujera la velocidad. Incluso yo vi que se encendió una luz roja por el exceso de velocidad y se escuchó un sonido”.
Son días de nuevos cimbronazos para Maldonado. Liam será su refugio.