En la casa. La casa Yanina y Nicolás, el matrimonio solidario, se volvió un depósito de donaciones. Con lo que les regalan ellos ayudan a los chicos de al menos tres barrios de Chimbas.

 

 

Trabajan sin parar que sus 4 hijos tengan un futuro digno. Comparten todo el tiempo que pueden con su familia y además decidieron ayudar a chicos necesitados. Ellos son Yanina Solar y Nicolás Ángel, un matrimonio de penitenciarios, que desde hace unos meses son el alma solidaria del barrio La Amistad y asentamientos aledaños de Chimbas. Ellos organizan talleres de teatro, dan la copa de leche y hasta ayudan en las tareas escolares a chicos que viven cerca de calle 25 de Mayo y Cipolleti. Con mucha humildad, pero convencidos de que su trabajo tendrá buenos frutos, dijeron que ellos empezaron con estas tareas solidarias para evitar que más personas terminen detenidas en el Penal de Chimbas. “En nuestro trabajo escuchamos historias muy tristes y muchos de los delincuentes no tuvieron la suficiente contención cuando eran niños. Tenemos 4 hijos y cuando comparamos su realidad con la que viven otros nos parte el alma. Queremos que todos tengan las mismas oportunidades”, dijo Yanina.

Desde el año pasado Yanina y Nicolás comenzaron a interesarse en este proyecto. Primero organizaron un chocolate para el Día del Niño y después empezaron a pensar nuevas propuestas solidarias. Así fue que empezaron a dar la copa de leche, en la plaza o en alguna vereda y hasta recibieron ayuda de la Pastoral de la capilla que tienen cerca del barrio para poder dar distintos tipos de talleres. “Los sábados hacemos diferentes actividades recreativas para los niños. Hay una chica que nos da una mano y les enseña teatro y hacemos hasta campeonatos de fútbol”, dijo la mujer que es la que comanda esta movida que día a día crece gracias a la ayuda que reciben de otros vecinos, funcionarios municipales y hasta de organizaciones sin fines de lucro.

 

Manos a la obra. Durante las tardes dan la copa de leche en la plaza del barrio La Amistad. Además, los fines de semana organizan talleres y otras actividades recreativas.

 

 

“Donde vivimos hay muchas necesidades y hay chicos que más que ayuda económica necesitan ayuda escolar y contención para que sean buenas personas en el futuro. En el penal vemos muchas cosas feas y nos cuentan historias muy tristes. Cuando escuchas a la gente detenida te das cuenta que la mayoría pasó muchas necesidades y no tuvo la contención que se necesita para no caer en la delincuencia o en la mala vida. Hay que motivarlos y eso es lo que hacemos. Tratamos de enseñarles que deben tener expectativas de vida”, agregó Nicolás y contó que hace 15 años que está casado con su esposa y que hacer esta tarea solidaria los hace muy felices.