Con la temperatura rondando los 4 grados a las 8 de la mañana y un Sol a pleno, los más de 2.000 jinetes arrancaron la cabalgata en honor a la Difunta Teresa con una sonrisa y sintiéndose bendecidos por demás. Es que la 13ra edición rompió una racha de años en donde el mal clima fue el protagonista en los campos de Angaco.
El cielo totalmente despejado y el Sol en su máximo potencial, ilusionó a los jinetes a tener una buena travesía durante los 70 kilómetros que tuvieron que hacer para poder llegar hasta el oratorio de la Difunta Teresa. Tuvieron que cabalgar unas 8 horas para llegar al lugar donde armaron un fogón. Todo lo hicieron sin inconvenientes y disfrutando, por primera vez de la benévola temperatura.
Es que, desde sus inicios, esta cabalgata tuvo muchos problemas con el clima, principalmente por las bajas temperaturas. Justamente esto fue lo que los impulsó a los organizadores a que en 2011 decidieran retrasar la travesía y hacerla un mes más tarde de lo que se hacía. Así fue que se comenzó a realizar en agosto, pero de igual modo tuvieron inclemencias meteorológicas como la lluvia y las heladas intensas. Incluso un año tuvieron que cabalgar inmersos en medio de la niebla.

