A pesar de que no sobrepasaron los 12 años, fueron los que menos miedo le tuvieron a la altura. Cada segundo que faltaba para que fueran arrojados desde los 10 metros de la torre, les transformó el rostro y la sonrisa se les volvió indisimulable. Con los brazos extendidos como si estuvieran volando, los chicos se adueñaron de la tirolesa y no quisieron dejar de tirarse. Esta aventura, que en menos 30 de segundo hizo latir los corazones a cientos de niños, se convirtió en una de las más elegidas por los chicos durante el verano. Esta misma puede ser vivida por los turistas que visiten San Juan durante estas vacaciones.
Después de que se colocaron el casco y el arnés sólo les quedó disfrutar. El agua les rozó los pies, mientras que la brisa caliente y el Sol parecían desaparecer. Sólo se escuchó el ruido del cable de acero en el que gira la roldana y los gritos de los chicos que no pudieron disimular el entusiasmo. Desde abajo, los que esperaron su turno para volar por arriba sobre el río, saltaron de la alegría, mientras que hubo padres que tuvieron las mismas actitudes y también se animaron a divertirse.
No hay límite de edad para volar por un rato y sólo hay que estar dispuesto a disfrutar. ‘Desde los dos años los chicos ya pueden subirse a la tirolesa. Tenemos mucha seguridad y hay equipos que están
preparados especialmente para niños‘, contó Luis Tanoni, uno de los encargados del Parque Aventura Sol, que se encuentra antes del Castillito del Dique de Ullum. Y es esta seguridad lo que está seduciendo a los profesores de las colonias de verano y hasta los papás que empezaron a organizar cumpleaños de una manera diferente. Piden turnos (ver claves) y hacen que el encuentro se vuelva inolvidable.

