Cuando llovieron las 50 mil ejecuciones impositivas, la principal víctima fue la Justicia de Paz, que nuclea a 8 juzgados que funcionan en el edificio que está por calle General Acha, entre Laprida y Rivadavia. Quedó muy chico y los empleados tuvieron que usar hasta las escaleras para acumular los expedientes, improvisando un archivo, y el lugar se quedó sin salidas de emergencias. Otros fueron a parar a la cocina, que casi no tenía lugar ni para caminar. La cantidad de demandas y el apuro para que no prescribieran hizo que los abogados de Fiscalía de Estado que tenían asignadas causas, se fueran la noche anterior de presentarlas a hacer cola a la puerta del edificio para ser los primeros al otro día. Incluso, mucho de ellos se llevaron reposeras y mate para que la espera nocturna fuera más cómoda y distendida. De acuerdo a la ley, la Justicia de Paz atiende la demandas de hasta 8 mil pesos, que son la gran mayoría, mientras que las de mayor cuantía se tramitan en los Juzgados Civiles.
