�En abril pasado, el intendente de Caucete, Juan Elizondo, dijo que era “casi imposible” terminar con el vandalismo en el departamento. Fue porque contó que deben refaccionar cuatro o cinco veces en el año una misma plaza o monumento; por obras que no se pueden inaugurar porque los vándalos rompen lo nuevo a medida que van construyendo, incluso el día anterior a un estreno; y hasta por el envenenamiento de perros en un barrio para poder entrar a robar.
Por entonces, el intendente expresó que la Municipalidad de Caucete carece de recursos suficientes para combatir el vandalismo, pese al accionar de la Policía y al de la Policía comunal, pues por ejemplo necesitarían 400 serenos sólo para cuidar plazas. Y aseguró que el problema tiene mucho de cultural, de no cuidar y respetar lo público.
