En tiempo récord y sin un accidentado, los 152 expedicionarios llegaron ayer por la tarde al refugio montado en Las Frías. Así concluyó la primera jornada en mula del décimo Cruce de los Andes que busca rememorar la gesta sanmartiniana. Pasaron la noche en el campamento montado a 3.100 metros de altura y donde el clima no suele ser benevolente, sin embargo, todo se conjugó para que la travesía comenzara siendo un éxito. Hoy iniciarán uno de los trayectos más complicados y largos: El Espinacito. Antes que el Sol despuntara, el destacamento de Gendarmería comenzó a tener movimiento. Los expedicionarios, que se alojaron allí el domingo por la noche, participaron del tradicional acto en la Plaza de Armas. Este año con una diferencia, ya que quien dio el discurso de inicio del Cruce fue el intendente Marcelo Lima. Los nueve años anteriores lo hizo el gobernador José Luis Gioja, que este año no fue por razones de salud. ‘A primera hora, el Gobernador se comunicó con nosotros para enviar saludos‘, dijo Lima a los expedicionarios, antes de partir hacia Manantiales donde salieron a lomo de mula. Este año, por la cantidad de gente, hubo una organización especial. Los participantes fueron organizados por grupos, identificados por un color. Pero a la hora de comenzar con la travesía, la cordillera y las mulas impusieron su propio tiempo. Todos se mezclaron, aún así, no hubo accidentados en este primer trayecto. Alejandra Darín tuvo que ser asistida al llegar a Las Frías por un fuerte dolor de cabeza, uno de los síntomas del mal de altura y otros periodistas sintieron el peso de las mochilas. A pesar de esto, nadie se cayó del animal, aunque algunos prefirieron hacer algunos trayectos a pie, como sucedió con el actor Juan Palomino. En la segunda jornada a mula, que arrancará a las 7, los expedicionarios deberán enfrentarse a El Espinacito a casi 5.000 metros. La idea es llegar al refugio Sardina, donde el miércoles será el día de descanso para el jueves llegar al límite con Chile.