’En mi casa siempre hay lugar y amor para una mascota más’. Con estas palabras Francisca Ortega comenzó a relatar por qué decidió adoptar a Simba, la perra que estuvo dos años encerrada en los galpones abandonados de una empresa constructora en Rivadavia. La mujer ya tiene 3 perros más, uno de ellos callejero, y 3 tortugas que también rescató de la calle. Dijo que Simba aparentemente está bien de salud, pero muy asustada.
Luego de que este diario publicó la nota sobre el caso de este animal que sobrevivió gracias a la solidaridad de los vecinos que le dieron de comer y que hasta intentaron rescatarla, el propietario de los galpones donde quedó encerrada mandó liberarla. También accedió sin problema a entregarla en adopción.
Como si la conociera desde siempre, Simba se subió al auto de Francisca ni bien abrió la puerta. Durante el viaje hasta su nuevo hogar se mantuvo tranquila y sin moverse en el asiento trasero. Pero cuando llegó a destino no quiso bajarse. ’Se la veía muy asustada, pero cuando la empezamos a llamar cariñosamente por su nombre, entró en la casa y se echó debajo del auto. Allí estuvo como una hora, parece que le daba miedo pararse. Cuando vio el plato con alimento salió de su escondite. Cuando por Facebook vimos que estaba encerrada decidimos ayudarla con mi marido. Es que se parece mucho a una perrita ovejero alemán también callejera que llegó a nuestro hogar y que murió de viejita’, dijo Francisca.
Gorda, sin garrapatas y en aparente buen estado de salud es la condición en la que se encuentra Simba según describió la mujer. La única lesión visible que tiene es la falta de una pequeña parte de la oreja izquierda. ’Voy a esperar que se le pase un poco el estrés para recién llevarla al veterinario. Quiero que esté más tranquila para que no sufra con la salida. Sería bueno que viniera un veterinario a verla a domicilio, pero no sé cuánto cuesta esa consulta’, dijo la mujer.
Francisca y su marido son jubilados y viven solos en su casa de Villa Rodríguez Pinto, en Rivadavia, donde siempre destinaron un lugar para las mascotas, especialmente las callejeras. Siempre estuvieron convencidos que adoptarlas y cuidarlas era la mejor forma de inculcarles el sentido de la solidaridad y de la responsabilidad a sus 3 hijos. Ellos ya crecieron y formaron sus propias familias, pero el matrimonio continuó rescatando animales de la calle.
El caso de Simba salió a la luz luego de que Fernanda Guardia, una de las vecinas que le daba de comer, pidiera ayuda a través de su Facebook para liberarla, ya que llevaba dos años encerrada y abandonada en un galpón cerca de la Esquina Colorada. Y su pedido fue escuchado. El domingo pasado varias personas se reunieron frente al lugar donde estaba el animal, pero no pudieron liberarlo. Tras la nota que DIARIO DE CUYO publicó sobre el caso de Simba, el propietario del galpón mandó liberarla. El animal fue trasladado a otra dependencia de la empresa donde fueron los vecinos que la cuidaron para saber cómo estaba. El empresario los recibió y les dijo que la daría en adopción y que el animal nunca estuvo abandonado porque una persona se encargaba de llevarle comida todos los días. Este diario intentó hablar con el empresario, pero no quiso hacer declaraciones.

