Angustia extrema fue lo que experimentó el domingo pasado Gabriela Rodríguez, luego de que su pequeño Teo Agustín Quispe, un nene de tres años, sufriera quemaduras en su manito izquierda tras tocar un caño con electricidad en una plaza de Santa Lucía.
Lo que fue una salida de disfrute al aire libre entre esta mamá y su niño, terminó convirtiéndose en un momento que podría haber tenido el peor final. Por fortuna el nene está muy bien y de buen ánimo, luego de que fuera dado de alta en la madrugada de ayer después de ser atendido en el área pediátrica de la Guardia del Hospital Rawson.
Todo ocurrió cerca de las 22 horas, cuando Gabriela fue con su hijo a la plaza del barrio santaluceño Cooperativa Villa María, que queda a no más de cuatro cuadras de su casa. "Estaban por ser las diez y nos fuimos en auto con el nene para que jugara y se moviera un poco. La noche estaba linda y mientras el papá hacía unas cosas en casa, no imaginé lo que íbamos a vivir", contó la mamá de Teo. Es así que Teo se subió al tobogán y en un momento empezó a jugar carreritas con su mamá. "Él iba corriendo adelante y yo me quedaba atrás, como carreritas. En eso pegó un grito fuerte", dijo Gabriela, quien agregó: "Sentí que se me paralizó el corazón cuando mi niño gritó en la plaza. Es mi único hijo y lo es todo para nosotros y yo no sabía qué pasaba, tocó como un caño amarillo". Según la mamá "saltaron chispas, como fuegos artificiales, a él no lo tiró, ni se desmayó pero empezó a gritar y a llorar", recordó.
Una familia que estaba con dos nenas en bicicleta llamó a la Comisaría 5ta y la Policía llegó de inmediato. Luego llegó el papá, y por sugerencia de los uniformados, decidieron llevar en su propio auto al nene a urgencias para llegar más rápido. La misma Policía les fue abriendo camino con el patrullero para llegar al hospital. "Le lavaron la manito, la tenía tiznada, y ahí le vimos las ampollas. Le pusieron Platsul y lo vendaron, también le hicieron análisis de rutina", contó la mamá.
El caño amarillo en cuestión es uno de los dos que tiene esta plaza y que forma parte de viejas conexiones eléctricas. Estos caños tienen una tapa soldada, que precisamente faltaba en el que tocó Teo. Desde el municipio de Santa Lucía informaron que el caño fue vandalizado, por eso no tenía la tapa, y según las pericias que hicieron los electricistas del área de Obras del municipio, es probable que durante el día del hecho el caño estuviera descargando, se sobrecalentó y por eso se prendió fuego, por lo que es probable que el caño ya estaba muy caliente cuando el chiquito jugando lo tocó. "Indudablemnte ha habido un acto de vandalismo, han destapado la protección que estaba soldada, quizás queriendo robarse los cables, algo que suele pasar no sólo en Santa Lucía", explicó Emilio Achem, jefe de Gabinete de este municipio. Según Achem, la municipalidad toma su responsabilidad en el caso: "La responsabilidad es del municipio porque es una plaza de nuestro territorio, lo que sucede es que es una situación de anomalía, si hubiéramos tenido conocimiento esto no hubiera pasado", dijo Achem.
De acuerdo a la fuente, el sistema de seguridad eléctrica de la plaza funcionó (los disyuntores), porque el lugar quedó sin electricidad cuando ocurrió lo del niño. A su vez, la gente de Obras dejó ayer fuera de servicio estos caños, que serán retirados en forma definitiva, cortando su abastecimiento eléctrico.
El municipio se puso a disposición de la familia y envió a una asistente social para conocer la situación y estado del pequeño.