�Los franceses eligieron hacer un acto inaugural corto y sencillo. En realidad lo más llamativo resultaron los colores y los sonidos, aunque éstos últimos sólo hayan estado referido a los Himnos Nacionales de cada país participante. Tal vez ese haya sido el punto sorpresa, porque se ejecutaron los acordes de los 14 Himnos Nacionales, algo que no suele suceder en los actos de apertura de Mundiales.
El Himno Nacional Argentino fue el primero en escucharse y las chicas se vieron sorprendidas. Claro, no fue entero, sólo la introducción. Luego vinieron los otros en el orden tal cual habían entrado los equipos. Por supuesto, el último fue el Himno francés (La Marsellesa) y las tribunas se levantaron y cantaron a full. Luego hablaron los dirigentes presentes. Sólo el presidente del FIRS, Harrod Struggber, se extendió un poco. Tras ello, los planteles se fueron retirando uno a uno. Hubo menos de mil personas en la inauguración, en un estadio que tiene capacidad verdadera para menos de 2.000 personas, y no para 3.000 como dicen los organizadores.
No hubo bailes ni esquemas gimnásticos. Tampoco fuegos artificiales o algo por el estilo. A lo francés, en realidad. Bastante frío pero bien organizado. Por ahí todo los protocolos quedaron rotos por lo que hicieron los hinchas argentinos (todos padres de las jugadoras): Llenaron de banderas argentinas la tribuna de enfrente a la que ocupó la gente. Y como a los franceses les gustó porque esto le daba más color, quedaron ahí.