Todo había comenzado a las 18:30 del 15 de agosto de 1972 tras un masivo intento de fuga de la cárcel de Rawson, capital de Chubut, en la cual lograron su propósito solamente 6 de los 110 reclusos miembros de las organizaciones armadas irregulares Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros que pensaban escapar.

El planificador y jefe del operativo era Mario Roberto Santucho, líder del Partido Revolucionario de los Trabajadores, aunque algunos testimonios afirman que Marcos Osatinsky (de las FAR) había comenzado a planificar la fuga aún antes de la llegada de Santucho al penal.

Estos dos dirigentes junto a Fernando Vaca Narvaja, Roberto Quieto, Enrique Gorriarán Merlo y Domingo Menna integraban el denominado Comité de fuga, y fueron los únicos que pudieron huir rápidamente en un automóvil Ford “Falcon” que los esperaba, y trasladarse al aeropuerto de Trelew para abordar una aeronave comercial BAC 1-11 de la empresa Austral, previamente secuestrada por un comando guerrillero de apoyo, cuyos integrantes viajaban como pasajeros.

Los demás vehículos de transporte que debían esperar al resto de fugados no se hicieron presentes en la puerta de la cárcel debido a una confusa interpretación de las señales preestablecidas. Sin embargo, un segundo grupo de 19 evadidos logró arribar por sus propios medios en tres taxis al aeropuerto, pero llegaron tarde, justo en el momento en que la aeronave despegaba rumbo al vecino país de Chile, gobernado entonces por el socialista Salvador Allende.

Al ver frustradas sus posibilidades este contingente depuso sus armas sin oponer resistencia ante los efectivos militares de la Armada que mantenían rodeada la zona, solicitando y recibiendo públicas garantías para sus vidas en presencia de periodistas y autoridades judiciales.

Los militares en vez de trasladarlos de vuelta a la cárcel de Rawson los llevaron a Trelew donde seis días después se consumó la masacre.