Ni bien comenzó a dar los primeros pasos por calle Mendoza, la multitud empezó a aplaudir y a cantar. Las banderas de las distintas agrupaciones católicas comenzaron a flamear. Mientras que el aroma a incienso inundó el lugar. La alegría de los fieles fue creciendo a medida de que avanzaban. Así, recorrieron 6 cuadras, desde la Iglesia Catedral hasta la parroquia de La Merced, celebrando uno de los momentos más importantes para los católicos: el Corpus Chisti, la institución de la Eucaristía. Este año hubo unas 4.000 personas en la procesión y sorprendió la cantidad de niños.
El Sol calentaba tímidamente poco antes de comenzar la misa en el atrio de la Catedral. Pero cerca del mediodía, el cielo quedó descubierto por completo. Los más chicos se apostaron alrededor de la Plaza 25 de Mayo. Y, sentados en el cordón de la vereda, aguardaron pacientes que iniciara el festejo. No faltaron los abanderados y escoltas de las distintas escuelas católicas que hay en la provincia, como así también las agrupaciones de Acción Católica. En la homilía, monseñor Alfonso Delgado habló hasta del gol de Messi ocurrido el día anterior. Pero no dejó pasar la oportunidad para explicarle a la gente el significado de la celebración. “Hay hambres que no se sacian con alimentos corrientes. Hambre de amor, hambre de solidaridad, hambre de Dios”, dijo Delgado, quien concluyó hablando de lo que significa la Eucaristía.
Así, la celebración del Corpus Christi comenzó a atravesar una segunda parte. Los mismos fieles que habían presenciado la misa se encolumnaron por calle Mendoza, para luego doblar por Mitre y así recorrer el centro sanjuanino hasta llegar a la iglesia La Merced que está frente a la plaza Aberastain. Según los cálculos de la Policía, este año la cantidad de gente que participó fue mayor que en otras ediciones. Fue imposible caminar por las veredas ya que estaban colapsadas de fieles que intentaban avanzar en la procesión, mientras que la Policía iba cortando el tránsito.
El final no fue menos emocionante. Con más aplausos y más cánticos, los fieles rodearon las calles aledañas a la plaza Aberastain para agolparse en la puerta de La Merced, junto al Santísimo y así concluir con la celebración, pasada las 13,30.

