El cielo diáfano, el viento golpeando los rostros y las estrofas de los himnos chileno y argentino perdiéndose en la inmensidad de la Cordillera de los Andes llevaron a que se produzca el clímax a casi 4.000 metros de altura. Es que hasta el más duro soltó una lágrima sabiendo que por ese lugar hace 200 años pasó el General José de San Martín para liberar Chile.

 

La gesta tomó este año una significancia absoluta, cimentada en 11 ediciones anteriores que realizó el Gobierno de San Juan, pero fundamentalmente por tratarse de la del Bicentenario.

 

 

Los actos de rigor comenzaron alrededor de las 12:30, con entregas de ofrendas, abrazos y gestos que se entremezclaban con banderas argentinas y chilenas flameando. Los expedicionarios inflaron el pecho al momento de los himnos, que fue la antesala de los discursos, primero de las fuerzas armadas de ambos países y luego de los funcionarios.

 

El acto, desde el aire

 

En este sentido, se alzaron las voces de los ministros argentinos Patricia Bullrich y Rogelio Frigerio, de Seguridad e Interior, respectivamente; a los que siguieron el alcalde de Putaendo (primer pueblo liberado pro San Martín), Guillermo Reyes Cortéz y finalizó el gobernador sanjuanino Sergio Uñac.