Tiene 46 años. Le cuesta mucho hablar y contar su historia porque es muy tímido. Sin embargo, esa forma de ser es muy diferente a la que muestra cuando llega la hora de salir a apagar un incendio. Dicen que es ‘un animal’ por la increíble valentía con que enfrenta su trabajo. Él es Alexis Juárez, un pocitano que desde hace 5 años forma parte del Cuartel de Bomberos Voluntarios de ese departamento y que hace poco más de una semana se accidentó en medio de un incendio forestal y estuvo al borde de la muerte. Sin embargo, la garra que tiene para apagar incendios, esta vez le ayudó a salir adelante y recibir el alta antes de lo esperado. ‘Volví a nacer y estoy con más ganas de seguir ayudando a la gente y seguir formando parte de los bomberos’, dijo el hombre, que además de hacer esta tarea vive de las changas.
Es un hombre de pocas palabras, pero cuando habla de su trabajo en ‘los voluntarios’ no puede disimular el orgullo que siente. ‘Cuando empecé a ser parte de los bomberos encontré mi vocación y cada día que pasa me gusta más. Me dieron un lugar, a pesar de no saber leer ni escribir, y eso fue muy importante. Es muy lindo recibir el aplauso de la gente cuando uno los ayuda, aunque hay veces que también recibimos insultos’, dijo entre risas. Mientras que Agustín Moya, el jefe del cuartel pocitano, comentó que si bien saber leer y escribir es un requisito fundamental para ser parte del cuartel, Alexis pudo hacer el curso gracias a la ayuda que recibió de sus compañeros y a la fuerza de voluntad que demostró desde el primer momento. ‘Llevaba casi tres semanas haciendo el curso cuando nos enteramos que no sabía leer ni escribir y ya no lo íbamos a dejar afuera. Él demostraba compromiso y ganas’, agregó Agustín y comentó que poco a poco sus compañeros comenzaron a enseñarle las letras y a que las reconozca.
Al igual que a los demás voluntarios, a Alexis lo motiva a ser parte de los bomberos el amor por ayudar al prójimo. ‘Cuando termino alguno de mis trabajitos de afuera -del cuartel- siempre vengo a dar una mano. Ayudo también en el mantenimiento de las movilidades o el cuidado del cuartel’, comentó y sus compañeros dijeron entre risas que es el ‘bichero’ porque cuida a los perros que andan por la zona.
Así como contó su historia, Alexis también relató cómo sucedió el accidente. Ayudado por sus compañeros, porque hay partes que no recuerda, dijo que el día del último viento Zonda empezaron a trabajar desde temprano. Apagaron varios incendios forestales y mientras estaban en uno de ellos, les avisaron que a los pocos metros había una casa quemándose. ‘Entonces levantamos los equipos y decidimos ir para allá, porque las viviendas son la prioridad. Subimos todo a la cabina de la camioneta y yo me quedé ahí para cuidar los elementos y sólo recuerdo que me desperté en el suelo y tenía varios compañeros diciéndome que no me durmiera’, dijo y otros bomberos comentaron que al parecer Alexis se intoxicó con la gran cantidad de humo que había en el lugar y cayó, golpeándose la cabeza.
Tras ese golpe, fue trasladado al hospital y fue operado a las pocas horas. ‘Nos dijeron que no sabían si salía de la cirugía porque tenía un hematoma muy grande y como un derrame. Se nos vino el mundo abajo, nosotros somos como familia dentro del cuartel y saber que uno de los nuestros estaba tan grave nos hizo mucho mal. Y, una paradoja, mientras él luchaba por su vida, los demás bomberos apagaron el incendio de la vivienda y sus dueños ni siquiera salieron a darnos las gracias. Es doloroso, porque hay gente que aún no valora el esfuerzo que hacemos’, dijo Moya y comentó que mientras Alexis estuvo dentro el quirófano, todos los voluntarios se reunieron en el cuartel nuevamente y esperaron el desenlace, que fue favorable para el bombero.
‘Venir al cuartel cuando me dieron el alta fue muy emocionante. Fue uno de los primeros lugares en los que me detuve cuando salí del hospital, porque es mi segunda casa. Sé que me va a llevar tiempo y que tengo que hacer una larga recuperación -porque por el golpe hasta le cuesta caminar- pero voy a volver a ser voluntario. Aportaré desde donde pueda, aunque sea limpiar’, agregó, mientras que sus compañeros lo ayudaron a caminar hasta la autobomba, porque no puede hacerlo solo.
Para ayudar a Alexis y al cuartel
Al igual que los demás cuarteles de Bomberos Voluntarios que hay en San Juan, el de Pocito subsiste en gran parte gracias al aporte que hace la comunidad y muchas veces los mismos bomberos. ‘Para poder ayudar a la gente, tenemos que salir a pedir ayuda. Es muy loco, pero así vivimos y a ninguno nos sobra el dinero. Alexis, por ejemplo, vive de changas y ahora no sabemos cómo va a seguir. Le estamos diciendo que tramite una pensión, porque además él tiene problemas de salud en la espalda’, dijo Moya y comentó que el cuartel se mantiene porque hacen rifas, venta de comidas y ponen alcancías en algunos comercios de la zona.
Es por esto que para ayudar a Alexis, que está viviendo una situación complicada, pues no tiene por el momento cómo subsistir porque tras el accidente no podrá trabajar, y para colaborar con el cuartel, la gente se puede comunicar al 2645774188.