"Sonriendo al arte pop de Lichtenstein y con la libertad de los posmodernos, juega el elemento pictórico, con una técnica particular caracterizada por el uso de puntos o líneas de colores primarios brillantes (azul, amarillo y rojo) que, no siendo una propiedad fundamental de la luz, sino un concepto biológico, basado en la respuesta fisiológica del ojo humano, nos introduce ya en la idea de la génesis, el origen de todo y su proyección vital. Temas fundamentales para descubrir el hilo lógico que une su obra.
Estos puntos, o quizás pixel, se suceden en orden arbitrario formando una estructura en código que insinúa una clave generativa. El conjunto desarrolla finalmente, en su resultado más explícito, un tapiz que a través de sus formas ondulantes nos hace intuir un plasma con elementos celulares que se desprenden y asumen vida propia.
La artista elige unidades elementales de la mecánica, particularmente agresivo-defensivas en su pequeño volumen, simulando agujas o cuerdas; éstas atan, contienen y protegen la vida que se anida en el metal noble y que, de tal manera, nos refuerzan la idea de algo que está por nacer, por explotar. Algo mágico”.