Puntuales, a las 10 ya estaban casi todos en el diario. Y en el trayecto desde la recepción hasta el corazón de la redacción, medio en broma, medio en serio, los integrantes de la mesa redonda se anticiparon una batalla. ‘Mmmm, me parece que acá se va a armar lío. Va estar dura la cosa’, decía Marta Bustos de Torcivia, mientras encabezaba el grupo. Es más, hasta pidieron encender el aire acondicionado porque ‘iba a calentarse la mesa redonda’, bromearon.
Casi todos se conocían previamente y de hecho, una particularidad durante la convocatoria previa es que todos preguntaron quiénes más iban a estar en la mesa, aprobando los nombres.
El debate tuvo puntos altos de energía, con acalorados comentarios, especialmente cuando discutieron sobre desde cuándo se considera con vida de un ser.
En tanto, el debate ya llevaba más de 20 minutos y como aún no llegaban las mozas, Tomas, un fanático del café, se mostró ansioso y hasta se ofreció a pagar la ronda. Los jóvenes de la mesa fueron los más respetuosos a la hora de interrumpir una postura, pero salvo algunas muecas de disgusto por ser avasallados en sus turnos, todos expresaron sus puntos de vista.
Andújar anotaba casi todo lo que se hablaba, mientras que al juez Pagés cada dos por tres le llegaban mensajes a su teléfono.
Sin embargo, pese a las ideologías encontradas (e irreconciliables) y una discusión caliente, el respeto fue la mejor herramienta que cada uno tuvo para defender su postura.

