No quedan dudas que Sarmiento trascendió como maestro, como escritor, como ecologista, como minero, como político, como periodista. Dentro y fuera de San Juan, e inclusive el país. Sin embargo, hay un aspecto poco conocido de su vocación artística y es justamente el que lo relaciona al teatro. Según él mismo contó en su “Recuerdos de Provincia” desde muy pequeño, armaba puestas en escena de grandes batallas con soldaditos de barro que construía con sus propias manos. Ya de adulto, ejerció como “decorador de teatro´´ de las obras que se montaban en la casa de los Jofré, adonde se reunía la Sociedad Literaria Dramática Filarmónica, que él mismo creó en 1834.

Pese a haber hecho críticas de teatro y tener infinidad de páginas escritas, ninguna de las 52 obras de su autoría es un texto dramático.

El rescate de estos datos en una conversación entre el ministro de Turismo y Cultura, Dante Elizondo; la directora de Acción Cultural Mónica Arturo, Pablo Bontá (por entonces representante del INT por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y Ariel Sampaolesi fue suficiente para proponer a San Juan como sede de la Fiesta, como excusa para que toda la comunidad actoral le rindiera su homenaje en el Bicentenario. Eso fue hace un tiempo. Hoy, la Fiesta es una realidad y tendrá a la provincia como escenario del país.